viernes, 25 de diciembre de 2009

MMX Deseos

Queridos, siempre queridos lectores,

No puedo esperar el término de las vacaciones para ir a visitarlos a cada uno en sus lugares más gratos, darles un abrazo y expresarles mis esperanzas de que la dicha, el buen amor y la felicidad aquí en la Tierra los acompañen.

Un gran y cálido abrazo.


sábado, 12 de diciembre de 2009

Homenaje a Don Edmundo


La revista mexicana Asfáltica, en su más reciente número, rinde un homenaje al maestro Edmundo Valadés, el promotor del cuento brevísimo en Hispanoamérica, al cumplirse setenta años de su histórica revista El Cuento. Revista de Imaginación.
La nómina de autores participantes es amplísima, variada y exigente, pues intervienen analistas literarios, destacados cuentistas y noveles autores provenientes de las más diversas regiones de Latinoamérica.
Mi intervención en ese número consiste en un ensayo panorámico ("Raúl Renán, elogio de la palabra") sobre los microrrelatos de Raúl Renán, emérito yucateco, quien también ha surcado los suelos, pantanos y humedales del poeta, el editor, el aforista y el novelista.
Saludo la nueva aparición de Asfáltica, ahora de la mano de Ángel Acosta, promotor del primer encuentro de minificción realizado el año pasado en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, donde se verificará el segundo (marzo de 2010), también bajo su batuta.
Enhorabuena por este primer empeño universitario por conocer la naturaleza de un género literario, que bien podríamos considerar el benjamín de la República Literaria.

miércoles, 9 de diciembre de 2009

AVISO VICARIO

EN EXCLUSIVA

Próximamente aparecerá en esta bitácora una entrevista con Amaranta Caballero, autora de Tijuanostra, una novela gráfica por entregas que viene apareciendo en su blog (http://amarantacaballero.blogspot.com), de donde saqueo este adelanto gráfico:



Adelanto que anuncia a los personajes, escenarios, tramas y conflictos del acaso sea el primer relato gráfico que se escribe y publica en el septentrión, o más justicieramente, en el país. Los invito al regocijo de su lectura.

jueves, 3 de diciembre de 2009

Heráldica

Heráldica literaria

El manatí, el cocodrilo, la sirena, el ajolote, el tigre y el dinosaurio son los animales emblemáticos de la literatura mexicana.

lunes, 9 de noviembre de 2009

Estampas de verano II

Antonio

Tenía tres años, pesaba cuatro kilos. Cuando lo encontraron estaba envuelto con una chalina, el suelo donde yacía estaba cubierto por hojas, cartones y pañales sucios. Llovía la noche en que lo escuchó gemir la casera, rachas de viento frío surcaban las calles y la temperatura había bajado hasta entumecer los huesos de los transeúntes. El cuarto de la azotea donde fue arrumbado no tenía iluminación y las paredes rezumaban humedad por las filtraciones de agua del lavadero.
Los padres dijeron al policía cuando preguntó por el niño, que estaba en ese cuarto porque no dejaba de llorar. Antonio, el niño de tres años, vive en un orfanato.

viernes, 6 de noviembre de 2009

Becarios Grijalbo



Hace unos años, mientras trabajaba en la UNAM como editor, disfruté, aprendí y me educaron en la Beca Juan Grijalbo, cuyos propósitos son profesionalizar a los trabajadores de la industria editorial mexicana en las difíciles pero apasionadas artes gráficas. Pronto se reunirán los ex becarios para celebrar dos décadas de existencia de tan afamada y necesaria beca.
Como egresado de esas filas, transmito esta invitación para el festejo mañanero. No sin antes, rendir mi agradecimiento por las enseñanzas, capacitación y espíritu juvenil de Claudia Domínguez, su animadora principal, que entonces y ahora me hace llegar la invitación al desayuno.
Enhorabuena, Claudia, por el cumpleaños, el ágape y la celebración entre amigos y colegas.

jueves, 5 de noviembre de 2009

ANUNCIO VICARIO



Preparen sus cuartillas, afilen sus lápices, aclárense la garganta, limpien sus gomas, que ya viene el segundo encuentro de minificción cuya sede será la honorable Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM. Marzo será el mes del cuento liliputense en el 2010. La batuta orquestada seguirá en la mano de Ángel Acosta, principal animador del encuentro.
Nos escucharemos de nuevo como entonces.

lunes, 2 de noviembre de 2009

Nunca se acaba, la cosecha de sirenas


Ex libris de Roxanna Erdman

Las ciudades tenues 3
Italo Calvino

Si Armilla es así por incompleta o por haber sido demolida, si hay detrás un hechizo o sólo un capricho, lo ignoro. El hecho es que no tiene paredes, ni techos, ni pavimentos; no tiene nada que la haga parecer una ciudad, excepto las cañerías del agua, que suben verticales donde deberían estar las casas y se ramifican donde deberían estar los pisos: una selva de caños que terminan en grifos, duchas, sifones, rebosaderos. Contra el cielo blanquea algún lavabo o bañera u otro artefacto, como frutos tardíos que han quedado colgados de las ramas. Se diría que los fontaneros han terminado su trabajo y se han ido antes de que llegaran los albañiles; o bien que sus instalaciones indestructibles han resistido a una catástrofe, terremoto o corrosión de termitas.
Abandonada antes o después de haber sido habitada, no se puede decir que Armilla esté desierta. A cualquier hora, alzando los ojos entre las cañerías, no es raro entrever una o muchas mujeres jóvenes, espigadas, de no mucha estatura, que retozan en las bañeras, se arquean bajo las duchas suspendidas sobre el vacío, hacen abluciones, o se secan, o se perfuman, o se peinan los largos cabellos delante del espejo. En el sol brillan los hilos de agua que se proyectan en abanico desde las duchas, los chorros de los grifos, los surtidores, las salpicaduras, la espuma de las esponjas.
La explicación a que he llegado es esta: de los cursos de agua canalizados en las cañerías de Armilla han quedado dueñas ninfas y náyades. Habituadas a remontar las venas subterráneas, les ha sido fácil avanzar en su nuevo reino acuático, manar de fuentes multiplicadas, encontrar nuevos espejos, nuevos juegos, nuevos modos de gozar del agua. Puede ser que su invasión haya expulsado a los hombres, o puede ser que Armilla haya sido construida por los hombres como un don votivo para congraciarse con las ninfas ofendidas por la manumisión de las aguas. En todo caso, ahora parecen contentas esas mujercitas: por la mañana se las oye cantar.

Italo Calvino, Las ciudades invisibles [1972], México, Minotauro, 1991, pp. 61-62.
Debo a la gentileza de Jezreel Salazar el reencuentro con estos seres marinos.)

viernes, 23 de octubre de 2009

Tierra de amonitas


FELIUS MMIX
Por la generosidad de Fanel, pude conocer Tijuana, el último valladar de esta tierra herida, donde estuve en la Facultad de Humanidades de la Universidad de Baja California entre el 20 y el 23 de octubre. Fui invitado a dar una charla sobre edición y un taller de microrrelatos a los estudiantes de la carrera de Letras, entre cuyos profesores se encuentran Hugo Salcedo, Víctor Soto y Humberto Félix Berumen.
En otra entrada de esta bitácora me extenderé para dejar asentadas mis impresiones sobre los estudiantes y sus maestros, la ciudad, la vida nocturna, sus ilustres habitantes y el miedo ambiente.
De momento sólo dejo una constancia de agradecimiento a René Castillo Gómez, por el buen trato, los gestos de amistad y la probada eficacia con que fue organizada la feria del libro usado (Felius), que en este octubre celebró su segunda edición bajo la batuta orquestada de Fanel.

martes, 20 de octubre de 2009

Orgullosamente unamita

ALBRICIAS




El viernes 23 de octubre, la UNAM recibirá el Premio Príncipe de Asturias.
Siendo uno de sus alumnos desde el bachillerato, es decir, tremebundo estudiante del CCH Sur, y uno de sus egresados felizmente reconocido por la institución con menciones honoríficas en cada uno de sus tres grados académicos, es un honor tal distinción internacional que reconoce las funciones educativas, culturales y sociales que cumple día con día la UNAM, mi alma mater.
Enhorabuena.

martes, 6 de octubre de 2009

Cerca de Veracruz





PRIMER CONGRESO INTERNACIONAL DE INVESTIGACIONES LITERARIAS
Xalapa, Veracruz, México
14, 15 y 16 de octubre de 2009
P R O G R A M A

MIÉRCOLES 14 DE OCTUBRE
MESA 3 A Reflexiones teóricas
Aula F 8 de Humanidades
Moderador Raquel Velasco
16:30-16:50 Lauro Zavala (UAM-Xochimilco): “La primera teoría literaria en lengua española”.
16:50-17:10 Javier Perucho (UACM): “Escrituras privadas, lecturas públicas: el aforismo en México”.
17:10-17:30 Cándida Elizabeth Vivero Marín (Universidad de Guadalajara): “Cuerpo y escritura: la aplicación de la hexis en la teoría literaria feminista”.
17:30-17:40 Comentarios
17:40-18:00 Receso

“Escrituras privadas, lecturas públicas: el aforismo en México”.
Abstract: En “Escrituras privadas, lecturas públicas: el aforismo en México” expondré los prolegómenos de un género literario que tiene una presencia de cultivo en México centenaria, aunque carece en la actualidad de la documentación histórica, recepción crítica, análisis y un corpus que lo legalice como forma de expresión artística nacional, ya que su legitimación literaria se consolidó desde el momento en que apareció el primer aforismo nativo. En esta exposición arriesgaré su definición, características, diferencias con otros “géneros menores”, ciertos influjos, transplante, antecedentes, así como un primer censo de sus autores y principales obras como un primer paso para la elaboración de su historia literaria. Considero que un estudio de esta naturaleza es necesario, pues no existe en el presente, por ello será útil por su virtual aportación historiográfica y de valor para los estudios literarios y la historia cultural del país.


VIERNES 16 DE OCTUBRE
MESA 9 B Tradición oral
Aula F 11 de Humanidades
Moderador Javier Perucho
9:00-9:20 Donají Cuéllar Escamilla (Universidad Veracruzana): “Tipos y funciones de las aves en el Cancionero Folklórico de México: gallos y gallinas”.
9:20-9:40 Mercedes Zavala Gómez del Campo (El Colegio de San Luis): “El motivo del perdón en Bernal francés y otros romances de la tradición oral mexicana”.
9:40-10:00 Raúl Eduardo González (Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo): “Refranes y dichos populares en las canciones de Chava Flores”.
10:00-10:20 Claudia Avilés Hernández (El Colegio de México): “Formas compositivas en el manuscrito del trovador serrano Antonio Escalante Hinojosa”.
10:20-10:30 Comentarios
10:30-10:45 Receso




Gracias a Lauro Zavala pude conseguir estas imágenes, pertenecientes al Diario de Xalapa.

miércoles, 30 de septiembre de 2009

Cosecha de sirenas

SIRENA EN TIERRA
Paula Ruggeri

La conocí hace años. Hace tantos años. No recuerdo si fue en un circo. No recuerdo si fue en un hospital, cansada, las tristes piernas cubiertas con un chal demasiado ajado. No sé si no fue en casa, en mi infancia, cubierta con un vestido de flores, ella preparaba tallarines en silencio obcecado.
Tal vez fue en una maternidad. Tal vez gritaba en la sala de partos vecina a la que yo estaba, también en un grito sangrante. No sé si no la vi en la calle, con un niño y una lata de monedas, no sé si fue en una peluquería, haciendo lavar su largo cabello ingobernable. Tantas veces la vi, a ella, la Sirena.
Me lo dijo todo. Mil veces, como si sirviera para algo, pero sabiendo ambas que no serviría de nada. Inútil como todo el conocimiento, la Sirena me contó la verdad sobre si misma.
Ella lo dijo todo. Éstas son sus palabras. Presten atención, porque entonces sabrán, con sólo oír su murmullo, si la mujer que les pregunta la calle o les envuelve la comida para llevar, o ésa que duerme en su cama, es una sirena en el lugar equivocado.
Y así dijo ella, la Sirena:
Una sirena deja el agua porque tiene sed, una sed ingobernable de sueños. El hombre de una sirena es un sueño del que nunca es dueño. Sueñas amarlo con la boca abierta por las corrientes submarinas, entre corales y algas. Pero es imposible. Y debes irte. Debes dejar el mar, la espuma, tu alimento de liquen.
No hay forma de que un hombre sepa jamás lo que una sirena piensa. Su canto es un canto hermético. Es un secreto, propagado por la brisa. El misterio sirenaico no puede nunca ser revelado, pero la sirena puede ser rota, dañada, muerta, sin jamás revelar su secreto.
Sólo se puede descubrir a la sirena contaminando las aguas, hacer el claro en lo oscuro talando el bosque secreto. La selva descubierta ya no es selva.
La espada del conquistador, inflexible y dura, puede herirla, pero no penetrarla. Ésa es la perfidia de la sirena. Jamás Armida fue tan pérfida como cuando se dejó tronchar en el árbol de mirto, según confesó Reynaldo antes de morir, los ojos soñando y la boca en sangre.
El cazador de sirenas, que es el más recio de los hombres, abre estelas tan sutiles entre las olas que sueña que su carne es piedra, que se sueña espada viva y se siente eterno en su sueño fugaz, que siempre será sueño y siempre será fugaz. Entonces la sirena se adueña del botín más preciado: el sueño de su cazador que de ella sólo tiene la vigilia.

Fuente: Informe Forense Sobre La Naturaleza Muerta: La Sirena en tierra
http://creesquesoysexy.blogspot.com/2009/09/la-sirena-en-tierra.html

martes, 29 de septiembre de 2009

Estampas de verano

Estampas de verano I

Amargada por su fracaso, Emilia corrió desesperada por el parque sin importarle que lloviera, hiciera frío y no hubiera iluminación entre las calles. Ramiro no se presentó a la cita que habían acordado amorosamente la víspera. Al no presentarse, Emilia azotó contra el pavimento el reloj que le iba a obsequiar como presente de cumpleaños, mas Ramiro no llegó a su cita pues se fue con sus amigos a un bar, de donde salió a media mañana del día siguiente. La cita con Emilia era a las diez de la mañana.

viernes, 25 de septiembre de 2009

Aferrismo

El peterpanismo es la enfermedad irremediable que carcome a la izquierda universitaria.

martes, 18 de agosto de 2009

Columna invitada


DINOSAURIOS DE PAPEL

Federico Patán



Como es propio del caso, comienzo por un microrrelato: Érase que se era un niño llamado Javier. Un día de reyes recibió de regalo un microrrelato. Se enamoró del género y prometió dedicarle parte de su vida. Lo fue cumpliendo y todo resultó en la escritura de un libro. Como en el mundo vivía un editor llamado Marcial, interesado en el cuento, el libro fue editado. Como el libro fue editado, hubo una presentación. Como hubo una presentación, hoy estamos aquí. Fin del relato.
¿Qué propósito tiene Dinosaurios de papel. El cuento brevísimo en México? La cuarta sección del volumen nos lo dice. Es el capítulo final y de salida que, curiosamente, se llama “Umbral”. Dice, parafraseado, que uno de los propósitos del panorama es elaborar una estética del microrrelato, abocetar un decálogo (el verbo es peruchoano) y armar un modelo teórico del microcuento. Lo consigue de sobra, pero no se queda ahí. De mi lectura derivo otras aportaciones hechas por el libro. Las enumero.
A lo largo de las 255 páginas que lo componen hay inteligentes observaciones sobre la naturaleza del cuento brevísimo, que terminan por definirlo muy bien, con lo cual se evitan confusiones con prácticas literarias próximas como son el aforismo, la parábola, la greguería e incluso el chiste. Javier examina con precisión que elementos narrativos conforman una microficción, término que no impide la utilización de otros como minirrelato, minicuento, etcétera.
Cumplido lo anterior, el libro ofrece una muy breve historia de la microficción, permitiéndose arrancar con los chinos y pasar por los romanos para llegar a América Latina, donde la exposición hecha por Javier ralentiza su velocidad y atiende, casi país por país, la presencia del nanocuento en nuestro continente, con exigua mención de Estados Unidos. Entre los creadores del género mencionados se tiene a Borges, Ocampo, Jodorowsky, Vidales, Britto García. De cada uno de ellos se da información escueta pero suficiente.
Llegamos así a México, propósito central del libro. Aquí Javier lanza una afirmación apabullante si bien difícil de refutar: La edad de oro del microrrelato mexicano se dio en los cincuenta y en los sesenta. Lo posterior se sostiene en unos cuantos autores, que Javier examina en detalle y dando información muy pertinente sobre ellos: tendencia temática, tono de los textos, libros publicados. Es cuidado de investigador que también se detiene, incluso en mayor detalle, con los clásicos mexicanos, cuya nómina sin duda ustedes anticipan: Reyes, Torri, Arreola, Elizondo, Pacheco, Samperio, etcétera. No es de olvidar que la tercera etapa de estudio atiende a escritores que Javier llama de la diáspora. Es decir, aquellos extranjeros que, por causas generalmente políticas, decidieron vivir en México. Es de subrayar aquí el caso de Max Aub porque se lo está rescatando como autor de microficciones.
La exposición académica se ve interrumpida cada pocas páginas por la inclusión de microficciones, cuya función es plural. En primer lugar, confirmar con el ejemplo lo que se ha dicho de casi cada escritor analizado. En segundo lugar, servir de testimonio de cómo se desarrolló el género en México. En tercer lugar, constituir una antología disfrazada de estudio. ¿O será un estudio apoyado en una antología? Javier ha elegido muy bien los ejemplos, que hacen lectura deleitosa. A este deleite se agrega otro: las anécdotas que se incluyen. Por decir algo, de dónde surgió el cuento más famoso de Monterroso, o cómo se fundaron ciertas casas editoriales, o cómo se crearon ciertos talleres de minicuento.
De la seriedad con que Javier ha abordado este estudio da constancia todo lo mencionado hasta el momento. Pero es indispensable añadir otros detalles. Por ejemplo, las notas a pie de página, que testimonian la seriedad de esta empresa nada carente de buen humor. Esas notas aclaran puntos, ofrecen datos adicionales y una amplia bibliografía que se ve acrecentada con la final, abundantísima. En esas notas a pie de página aparece con cierta frecuencia Javier. Las menciones que de sí mismo hace el autor son pertinentes, ya que por lo general informan sobre el proceso de trabajo seguido por el autor.
Otro elemento: la opinión crítica. Cuando es del caso Javier alaba el producto literario que está comentando. Pero también cuando es del caso define con severidad el resultado literario de ciertos autores. ¿Necesitan ustedes un ejemplo? Asómense a la sección dedicada a René Avilés Fabila. ¿La curiosidad les pide más nombres? Véase la mezcla de alabo y queja que Javier propone respecto a Felipe Garrido o Martha Cerda. Que es justamente el papel que le corresponde a un crítico. ¿Los da Javier como juicios definitivos? No, los da como juicios javierinos, proponiéndolos para el diálogo.
Quien lea un libro de Javier Perucho sabe que está leyendo un libro de Javier Perucho. No porque tenga el nombre del autor en la portada, que lo tiene, sino por consideraciones más literarias: la prosa que Javier ha creado para definirse como escritor. Hay en ella una mezcla de erudición con fluidez de la escritura, hay una muy personal elección de términos (doy un ejemplo: “la algarabía de las balas” para referirse a una revuelta), hay un soterrado sentido de la ironía. A esto agreguemos la erudición en el tema abordado, la buena estructura dada al volumen, la inclusión ya mencionada de una antología, la bibliografía, las anécdotas que enriquecen el texto y es de aceptar que Javier ha escrito un buen libro. Pero por aquello de que el ego pudiera excedérsele en tamaño, apunto dos leves descuidos. Huberto nunca se apellidó Bátiz y sí Batis; Alejandro Finisterre es el seudónimo y no el nombre real del editor. Minucias que no nos descabalgan de una lectura placentera.

Javier Perucho
Dinosaurios de papel. El cuento brevísimo en México, México, UNAM / Ficticia, 2009, 255 pp.

(Texto leído por el autor en la Casa del Poeta, el 24 de junio de 2009.)

miércoles, 8 de julio de 2009

INTRODUCCIÓN A LA SIRENOLOGÍA

LA SIRENOLOGÍA
En homenaje al doctor Francisco González Crussí




Un par de disciplinas han aparecido recientemente en los estudios literarios. Es decir, a partir de ahora y desde esta mesa. Una recibió arbitrariamente el nombre de nanoliteratura, y la otra, sirenología, denominación igualmente azarosa. Su postulante es quien balbucea estas palabras en la requerida presentación social para explicarla con un tratado sobre las sirenas: Yo no canto, Ulises, cuento. La sirena en el microrrelato mexicano. Una parte de dicho tratado se desgaja de este manual de fantasías marinas. Su antecedente académico se localiza en Ocaso de sirenas, esplendor de manatíes, del no siempre bien ponderado Jorge Durand, escritor peruano radicado en el país y emérito egresado del Colegio de México con ese libro que en su origen remoto fue su tesis doctoral, auspiciada por el sabio Alfonso Reyes.
La primera se encarga del estudio de las musas menores que encuentran su más sólida expresión en el salmo, el apotegma, la parábola, el cuento brevísimo, la greguería, el aforismo, el poema en prosa y demás formas artísticas de la tradición literaria cuyos atributos se encuentran en la brevería cuentística. Por su parte, la segunda, también fenómeno novedoso de la ciencia literaria, resuelve en las múltiples apariciones de la sirena, que se localizan en el arte antiguo y moderno, su objeto de estudio. Único de su tipo, ciertamente, pues las ciencias de la literatura se centralizan en los géneros, los autores, las corrientes o las épocas, pero no suelen concentrarse en la aparición, rastreo, documentación y análisis de los motivos literarios heterodoxos. En la actualidad, los más heterodoxos estudios literarios o culturales desmenuzan los mitos, la utopía, la mafia; en fin, los temas que se localizaban en la periferia de la documentación científica.





En los márgenes de los estudios literarios, la sirenología encuentra sustento en la recopilación, sistematización y estudio de esta figura mitológica de aparición tan arraigada en el microrrelato hispánico como la misma paráfrasis narrativa del Dinosaurio, el Quijote, Odiseo, Sherezada o los fantasmas, prototipos literarios que han parodiado los escritores en el último siglo. Aunque su objeto de estudio es la sirena, fauna del imaginario con características marinas y terrenales, de humana apariencia a partir de su torso; con semblante de pescado desde las corvas a la cauda, persigue la duda que atormente a los hombres de letras desde Homero, Dante y Joyce, ¿la música de las sirenas es una melodía?, ¿la vocalización de un secreto?, ¿o una revelación del más allá?
Animal receptor de mitos, emblemas y símbolos. El tratado sobre las sirenas alude a los símbolos y atributos adquiridos en el relato liliputiense, pues emerge de la prosa, aunque la poesía no le ha sido un cuerpo ajeno en sus apariciones. La sirena es una figura natural de la seducción, un animal anfibio que recorre la tierra convertida en hermosura y emerge del mar de los bestiarios con su doble ser de renacuajo y fémina. Su condición arrastra la metamorfosis del sujeto; en tanto símbolo suele expresar una renuncia a la tentación dispuesta en el cuerpo y canto de las sirenas, a los que Ulises renunció adoquinándose los oídos y atándose taimadamente al mástil de su barco marinero. En los cuentos didácticos, forma parte de una lección recubierta de moraleja.
La sirena es un personaje en ascenso socio literario, pues de asumir una figura secundaria en cierto episodio único, logró remontarse a un papel protagónico en el relato hispanoamericano, al que además se le asigna el paradigma de la belleza aunque también, misterios de la literatura, encarna las representaciones del mal, sobre todo en los mitos y creencias populares. En el relato homérico formó parte de un rito de inicio a la vida adulta, prueba en la forja y temple del héroe.
De aquí se deriva que, como objeto del deseo, sea inasible e inalcanzable, por lo tanto la sirena está condenada a ser una expresión desiderativa, pues el amado no encontrará en ella su realización amorosa, más que en las veleidades de la prosa.
Así expuesta la disciplina, la sirenología encuentra su mejor estudio en la recopilación laboriosa de Yo no canto, Ulises, cuento…
Dejo en sus manos y en el centro de sus ojos para su regocijo y deleite el primer sirenario en español que documenta las muy amenas apariciones de la sirena en la narrativa mexicana del siglo XX.




Nota bene: imágenes sobre la sirena de Herbert James Draper y Fredericksen Waterhouse ilustran esta entrada.

lunes, 29 de junio de 2009

LECTURA EN VOZ ALTA


Allá nos vemos. Leeré en voz alta un fragmento selecto de Las batallas en el desierto. Acceso público.

lunes, 15 de junio de 2009

INVITACIÓN ABIERTA

Este bloguero extiende una invitación a todo público.

lunes, 8 de junio de 2009

La Señorita T

Raúl Renán, aforística

(La Señorita T, junio 8 de 2009, pp. 1-5).









jueves, 4 de junio de 2009

MODUS SCRIBENDI

Foto: Archivo fotográfico de Raúl Renán




RAÚL RENÁN, AFORÍSTICA

Hoy comparto con ustedes una entrega que se desprende de un proyecto que llevaba el título genérico de “El aforismo en México. Historia y antología”, nombre que habiendo cumplido sus funciones fue modificado por el de “Escrituras privadas, lecturas públicas. El aforismo en México. Historia y antología”, en homenaje rendido y dedicatoria perpetua a Raúl Renán, mi amigo, mi maestro, cuya generosidad, aliento y comprensión benevolente hacia mi persona y escasa obra, nunca podré agradecer hasta lo suficiente.
De dicha investigación se conocen dos adelantos: el primero en publicarse fue una antología sumaria que incluyó una veintena de autores seleccionados; el segundo se trató de un ensayo en vías de publicación sobre Salvador Elizondo que procura deslindar, de su portátil obra literaria, su aforística, cinefilia y microficción.
Esta colaboración de “Modus Scribendi” será el tercer adelanto, donde el poeta Renán tiene un asiento privilegiado por varias razones. Hace unos años, para confeccionar mi antología del aforismo nativo que apareció en La Jornada Semanal, me confió unas cuartillas que contenían un racimo de aforismos inéditos, que su autor dividió en dos apartados: a) los que se desgajan con naturalidad de su obra literaria, y b) un conjunto aforístico elaborado expresamente para aquella entrega periodística. Él designó al primero como “De la obra”, y al segundo, “Originales”. La sección llamada “De la obra” contiene trece aforismos; “Originales”, una veintena.
Las fotocopias del original llevan dichas denominaciones en el ángulo superior derecho, anotadas finamente con la tiza de un lapicero. Aquel racimo fue mecanografiado en la máquina eléctrica que presupongo ha utilizado habitualmente el escritor meridense a la hora de compulsar sus trabajos literarios.
Antes de describir aquel conjunto aforístico, señalo que la narrativa de Renán ya de por sí breve genéricamente, suele colindar con el aforismo, el microrrelato, la estampa y la viñeta. He aquí cuatro de las musas menores que cohabitan en el espacio de su obra, ayuntadas con la poesía visual, la novela y el poema. También señalo que por ese carácter fronterizo, no es fácil encontrar, por las fronteras diluidas, la morfología de sus invenciones literarias, propia de una escritura cuyos linderos concluyen en el poema en prosa, el relato miniado, el caligrama y la poesía visual. A pesar de ello, fue menos arduo localizar el cajón ortodoxo donde encaja, digamos, el siguiente texto:

Epitafio literal
Y murió al pie de la letra. (Gramática fantástica, 1999)

Que por trama, unívoco personaje, evolución del conflicto y desenlace trágico, lo catalogo como un microrrelato, el cual compite en palabraje con el dinosaurio de tintas monterrosiano. Ahora bien, el ejemplo siguiente encapsula una metáfora con una adivinanza:

Una señal en el camino abierto de la noche: las luciérnagas. (Emérita, 2007)

Por su parte, estas dos muestras exhiben el temple aforístico de su autor,

El nacer de cada cual lleva en el pecho la herida benigna de su tierra. (Emérita)
El texto más elocuente sobre la ciudad está escrito por los adoquines de las calles para que a nadie se le olvide el pasado. (Emérita)

En este punto, si mis atentos lectores admiten esta definición personal: “Un aforismo es un argumento controvertible, aunque veleidoso, que soporta una experiencia empírica, un saber positivo expresado en una definición conceptual, un pensamiento educado por el libre albedrío. Jamás narra una historia, tampoco fomenta una lección cívica o moral, por historia y tradición no profesa dogmas, aunque las creencias obtienen su crédito durante la concepción; sus dominios también circundan la estética de las artes, la biografía, los credos, la historia. La prosa es su soporte habitual, regla de oro que admite las excepciones contemporáneas. Nunca es epifánico, pero sí confesional. La experiencia y el dominio de un saber o una técnica, así como el empirismo subyacen en el género, por ello el escritor veter es quien más lo ha frecuentado; en consecuencia, es el género de la madurez literaria”, me concederán que el dueto anterior soporta una experiencia empírica y la expresión de un albedrío en libertad. Ninguno de los ejemplos cuenta una historia, tampoco obsequia a sus lectores una lección cívica o moralizante, menos aún profesa dogmas. Si no hay una enseñanza y no los acompaña un consejo, entonces ¿qué expone el aforismo? Tan sólo el planteamiento de una verdad artística, una verdad literaria que permanece en el instante fugitivo de unas líneas mecanografiadas.
Aquí conviene señalar los vasos comunicantes que nutrieron con líneas de sangre aquel cuerpo literario. Las influencias ya fueron documentadas en otro espacio, al igual que los estratos de la escritura renaniana, aunque si la angustia de las influencias prevaleciera en el ánimo crítico de los estudios literarios —o de usted, lector—, traigo aquí sus resonancias.




Foto: Pascual Borzelli Iglesias. Cortesía de La Señorita T.

Conocemos las creencias religiosas de Raúl, que están documentadas en sus libros, basta traer a la memoria Rostros de ese reino. De la misma manera, sabemos que los patrimonios culturales de la humanidad —la Biblia, la Ilíada, la Odisea; la cultura y la civilización grecorromana— fueron los horizontes intelectuales de los que se derivaron ciertos volúmenes publicados por el poeta meridense, a saber: Los silencios de Homero; Catulinarias y sáficas. Otros manantiales abrevados fueron la estética de las artes, que encontraron sus dominios de expresión en La educación de la línea, sus aforismos difundidos en la plenitud de su escritura. Asimismo, las artes visuales reposan en Mi nombre en juego, del mismo modo que la tipografía, su afición por los libros y la profesión de editor encontraron sus reverberaciones en sus diferentes títulos, aunque Gramática fantástica las condensó frugalmente. La biografía, es decir, el recuerdo de la patria nativa, el terruño, el regreso a la Ítaca peninsular, tuvo en Emérita su recipiente ideal de exposición. Los años de infancia fueron condensados en su novela El río de los años. Los pateadores de San Sebastián.
Finiquitada esta ronda por las influencias, regreso al comentario sobre los aforismos inéditos, que expresan las certidumbres de una vida:

Yo es la declaración más corta de la humanidad. (“Originales”.)
La muerte desprenderá de la tierra a uno de nosotros y el amor pondrá en la tierra a otro de los nuestros. (“De la obra”.)
La rosa es una luz que gira por impulso de la emanación de su perfume. (“De la obra”.)

El tríptico anterior tiene a la prosa como el soporte natural. Nada en él es epifánico, aunque sí confesional o biográfico. Su soporte prosístico sirvió al humanista yucateco de vehículo para conservar y difundir una experiencia humana, cuyos axiomas postulan que la rosa, la muerte y el sujeto son tan evanescentes como la estela aromática de una fragancia.
Hace un par de años, fue publicada La educación de la línea, el cuaderno donde se aloja el venero mayor con los aforismos de Renán. El título resume sinópticamente su temática: la naturaleza y artificio de la línea. En términos editoriales, esta plaquette mantiene la misma pauta con que se ha estampado la tradición del aforismo mexicano: cuadernillo con tirajes menores, impreso por una editorial independiente, ilustrado por un cronopio y distribuido entre los fanáticos del maestro, sin ecos en la prensa, con reverberaciones sólo para los iniciados en el género y fieles a un juglar cuyo mester nos congrega aun a la distancia.
Los aforismos recogidos en La educación de la línea llevan hasta sus últimas consecuencias la manida definición: “La línea es una sucesión continua de puntos.” La línea, es decir, el trazo de una mano alzada sobre un espacio, es el tópico sobre el cual Renán tejió la trama de sus aforismos. Apunté trama no por la anécdota contenida en ellos, sino por la textura y el consiguiente tejido que van formando con sus verdades literarias. La pasión de Renán por el “engaño colorido” nutrió uno de sus libros anteriores. Sus hábitos de crítico de arte encontraron aquí la madurez expresiva, ya que no analiza un cuadro, menos interpreta una sucesión de pinceladas, tampoco valora una realización plástica, acciones positivas del crítico. Busca la quintaesencia del dibujo: el trazo, la línea y su representación oracional.
Ya que el aforista expresa una verdad, postula en consecuencia la esencia de las cosas y los sujetos, sus realidades y naturalezas, por ello propone esta definición alterna, paráfrasis del lugar común:

Nada, es una ausencia de líneas. (La educación de la línea.)

¿La multiplicación de las líneas será, entonces para el poeta, el infinito?
Con la formulación siguiente, el aforista desmiente aquel manido axioma clásico de la geometría:

Para llegar a su destino dos líneas corren parejas hasta no encontrarse. (La educación de la línea.)

Expongo un último ejemplo con una verdad inconmovible:

Una línea nunca cesa de ser línea, acontece siempre. (La educación de la línea.)

Antes de finalizar, apunto que Salvador Elizondo, en su Teoría del infierno, había referido sesgadamente en su crítica a las artes plásticas algunos comentarios al dibujo; en su momento, también Juan García Ponce postuló sus nociones sobre las artes plásticas, ambos acatando la forma exigente del aforismo.
En recapitulación, me concederán mis lectores que la experiencia del escritor, su saber acumulado, el conocimiento detallado de una técnica, aunados a un empirismo vital, fueron los sustratos sobre los cuales Renán acuñó los modos de su aforística. La madurez literaria de este escritor encontró su género de exposición en el aforismo. Por este sólo hecho, la escritura de sus aforismos se ha convertido en un asunto de interés público, ya por su carácter artístico, ya por sus valores literarios, pero sobre todo, por su contribución al género en la novedad de sus tópicos y por el alimento a una tradición que proviene de otros, añejos siglos: la del aforismo mexicano.

Texto publicado en la columna “Modus Scribendi”, que aparece en La Señorita T, suplemento cultural del diario poblano El Columnista.

martes, 2 de junio de 2009

jueves, 21 de mayo de 2009

Cosecha de palabras I



La próxima semana, el día martes, serán presentados los cuadernillos del diccionario Cosecha de palabras, cuya primera entrega adelanta los sintagmas: Paradigma, Lectura-escritura, Posmodernismo, Filosofía, Memoria y Feminismo.
La cita es el 26 de junio, a las 13:00 hrs., en el plantel de San Lorenzo Tezonco de la UACM, salón C 101.
Adelanto también que en uno de estos cuadernillos vendrá próximamente mi definición de "Utopía", ese vejestorio ideológico tan típico del siglo pasado.

martes, 19 de mayo de 2009

La Señorita T










La Señorita T, suplemento cultural del diario poblano El Columnista, me envía los archivos digitales de mi columna Modus Scribendi, que exhibo en la virtualidad de mi bitácora.

lunes, 18 de mayo de 2009

Apuntes por duelo


Rotonda de perpetuidad

Hoy me enteré por la radio de la muerte del escritor uruguayo Mario Benedetti, enfermo desde hace semanas de una afección respiratoria, pulmonar, como lo informó la prensa en su momento desde Uruguay, su patria, a la que volvió luego de un exilio impuesto por las circunstancias políticas que impuso el ascenso de la dictadura que asoló aquella nación.
No lo conocí en persona, sólo leí una parte de su obra prosística, ensayística y poética. Fueron los tiempos de mi adolescencia siniestra, mientras cursaba el bachillerato unamita en el memorable CCH Sur, ubicado en el Pedregal de San Ángel. Como la escuela distaba unas horas de camino, seguramente leí alguno de sus libros mientras viajaba en el camión, el Metro o el pesero, alternando los libros con el diario, las revistas o el ocio del cangrejo. El cumpleaños de Juan Ángel o La Tregua, libros que enriquecieron mi educación sentimental, me consolidaron como lector y arraigaron en mi conciencia política los problemas de la justicia social, que por aquellos tiempos aún reverberaban por los efectos colaterales de la rebelión estudiantil, así como por el ánimo soliviantado de mis profesores y la amistad comunitaria de mis colegas, estudiantes tan ilusos como yo en aquellos tiempos, creyentes en un más allá social igualitario, justo y democrático.


Esos tres efectos ganados (lectura, conciencia social y educación sentimental)todavía perduran en la conciencia individual de este aprendiz de escribano, gracias a las buenas prosas y metáforas sencillas con que don Mario pergeñó su obra literaria a lo largo de cinco décadas. Tiempo en que aglomeró a una cantidad innominada de lectores, siempre atentos y leales a su escritura en libros, opiniones o artículos periodísticos.
El tiempo anduvo y dejé de frecuentar sus libros, a distanciarme de los reclamos democráticos y la utopía necesaria; sin embargo, nunca dejé de leer las noticias periodísticas sobre sus novedades editoriales, adaptaciones al cine, puestas en escena, regreso a la patria nativa o tribulaciones ante el cuerpo decaído. Inventario, La Tregua, El cumpleaños…, los Cuentos completos y el conjunto de su obra narrativa tienen un lugar en mi librero, desde donde han migrado cuando uno de mis alumnos o mis amigos me los han solicitado en préstamo, alguno todavía sin retorno.
Lamento la muerte de un escritor que me obsequió tantas enseñanzas, desprendidas, aquellas tres, directamente de sus libros. Guardo silencio por la muerte de Mario Benedetti, la tristeza de la partida así lo obliga.
A los hombres ilustres, la rotonda de la perpetuidad.

jueves, 14 de mayo de 2009

Columna Invitada


Sirenas mexicanas:
Una invitación a nadar en las aguas textuales

Lauro Zavala




Foto: Barry Domínguez, La Jornada Semanal

Esta antología de minificciones sobre sirenas en la literatura mexicana permite varias lecturas. La primera de ellas podría consistir en dialogar con la erudición que encontramos en el prólogo. La segunda podría consistir en sumergirse en los numerosos juegos de reinterpretación del texto homérico original. Y otra más puede consistir en imaginar algunas continuaciones del volumen mismo con otros materiales similares, para regocijo de diversos tipos de lectores. En lo que sigue voy a explorar cada una de estas aproximaciones, como una invitación para sumergirse en la lectura de este volumen.

Invitación a la erudición literaria
En el prólogo que precede a esta recopilación el autor propone varias aproximaciones al disfrute del género de las minificciones hespéridas. Por ejemplo, ya en el principio se señala la proximidad de la tradición mexicana con la tradición inglesa de ofrecer sirenas pisciformes, en oposición a la tradición griega de las sirenas “emplumadas, con rostro femenino y tridentinas patas de ave” (7). Esta tradición dominante se desmiente en el texto de Tomás Espinosa Laguna (1980), donde se ironiza la presencia de la sirena de tradición inglesa en las artesanías populares, el circo, las pulquerías y el fondo de cristal de los barcos para turistas.
Otra línea sugerida para la indagación literaria en este prólogo consiste en la posible relación entre el texto seminal de Torri (1904) y el fragmento inicial de la novela Zona sagrada de Carlos Fuentes. O la ausencia relativa de escritoras en la tradición hespérica mexicana (aquí desmentida con textos de siete mujeres, de las cuales cuatro escribieron su texto en respuesta a una invitación expresa del compilador: Adriana Quiroz de Valadés, Mónica Lavín, Cristina Gutiérrez, Ileana Rodríguez, Silvia Eugenia Castillero, Freja Cervantes y Amaranta Caballero Prado).
Este prólogo incorpora diversos registros, desde el más técnico de la semiótica literaria (como los términos metaficción e intertextualidad) hasta el más informal del habla cotidiana (como el término "deplanamente" como derivado de la expresión coloquial de plano).
En general, en este prólogo se ofrecen observaciones de carácter historiográfico y formalista, dejando de lado para otros lectores la interpretación de los contenidos. Estas posibles interpretaciones podrían ser de carácter psicoanalítico (por ejemplo, sobre la dimensión erótica y onírica de los textos); de carácter estilístico (por ejemplo, sobre la presencia del tono épico, intimista o autorreferencial), o de carácter ideológico (por ejemplo, sobre el sentido que tiene el canto como una forma de seducción, ya sea como oposición a la rutina, como resistencia al sentido común o incluso como una inesperada ausencia).

Invitación a las relecturas irónicas
Al iniciar la lectura de los textos que integran esta antología podemos observar su carácter irónico. Sólo el texto original de Homero y un testimonio encontrado en las cartas de navegación de Cristóbal Colón pertenecen a la tradición de la literatura maravillosa (donde lo imposible es aceptado como un hecho natural). Pero a partir del texto seminal de Julio Torri, publicado en 1904, la sirena pertenece a la literatura fantástica (donde lo imposible es aceptado como un acto deliberado de suspensión de la incredulidad).
En otras palabras, en los siglos XX y XXI la sirena es un personaje de la literatura fantástica. Pero mientras lo fantástico puede aparecer como una sorpresa (en el fantástico decimonónico clásico), en cambio en esta antología tenemos versiones de naturaleza moderna y posmoderna. Es decir, en esta recopilación encontramos versiones donde la sirena es considerada como un ente natural (así mimetizado con el antecedente mítico de la tradición maravillosa) o recibe un tratamiento irónico, metaficcional y autorreferente, con frecuencia tematizando el acto mismo de escribir sobre la materia.
En esta compilación encontramos diversas variaciones sobre el tema de las sirenas. Entre las más conocidas encontramos varias formas de la decepción, como en Julio Torri (“Como iba resuelto a perderme, las sirenas no cantaron para mí”); en Marco Antonio Campos (“Como no cantaron para mí, muero de tristeza y rencor”), y en Salvador Elizondo (“El canto de las sirenas es estúpido y monótono… y su carne huele a pescado”). Otras son reescrituras de la versión original, como en Alfonso Reyes (Ulises añora regresar con las sirenas); Augusto Monterroso (tanto la seducción como la resistencia frente a la seducción son causas perdidas), y José de la Colina (los marinos se tapan los oídos, pero son seducidos por el baile sensual de las sirenas).
En algunas variaciones, las sirenas se encuentran en situaciones muy cotidianas, como en Adriana Quiroz de Valadés (una sirena en cautiverio está triste porque no tiene zapatos de tacón); en Freja Cervantes (la sirena recuerda a sus víctimas literarias mientras se dispone a desayunar), y en Víctor Cabrera (niños con cola de pescado se sumergen en el mar para sacar una mujer como regalo para los turistas a cambio de algunas monedas).
También encontramos a la sirena como motivo de alguna fantasía erótica, como en Mónica Lavín (“…con ansias del sabor rosado de su carne íntima”); en Héctor Carreto (“en la cocina comí su parte de pez; en la alcoba, ella devoró mi parte humana”), y en Armando Alanís (“… tendida de espaldas sobre el húmedo césped, está ella: la piel cobriza, el pelo azabache cubriendo a medias sus pechos deliciosos”). Y también encontramos sirenas extremas, como en Jezreel Salazar (la sirena es un travesti prostituido que quiere operarse… para tener escamas); en Luis Felipe Hernández (la sirena es un tritón transexual), y en Cristina Gutiérrez (escuchamos a la amante hablando de sirena a sirena: “Hazle el amor como perra que cela sus querencias y mímalo tanto que me recuerde a mí”).
Otras versiones toman a la sirena como pretexto para la escritura poética, como en Silvia Eugenia Castillero:

Luz dolorida que empieza a mancharse de brillos como una flor abriéndose.
(…) El primer indicio, las uñas, que se aferran a la roca; y el mar con su furor la llena de escamas (58).

O en Agustí Bartra:

Yo no sueño, Ulises: cuento: una brizna, las estrellas, el aroma del heno, la lluvia, los árboles. (…) La vida es como el agua: tócala con la mano abierta y la sentirás vivir, siempre igual en su fuga. Pero si aprietas la mano para cogerla, la pierdes (32).

Invitación para seguir jugando
Quiero concluir estas notas de lectura proponiendo algunas otras formas en las que los lectores podrían continuar jugando a partir de los materiales contenidos en esta recopilación. Propongo tres formas de continuar esta exploración inicial.
La primera continuación podría consistir en explorar la presencia (o ausencia) de las sirenas en las versiones cinematográficas de la guerra de Troya, las aventuras de Jasón y los viajes de Ulises. La segunda podría ser una serie de volúmenes con las sirenas en otras literaturas nacionales, regionales y en diversas lenguas, donde se podrá comprobar, una vez más, que la tradición literaria de los bestiarios poéticos, formados por minificciones, se ha desarrollado casi exclusivamente en lengua española. La tercera podría estar formada por un volumen que acompañaría a éste, formado por juegos textuales para los lectores más jóvenes, es decir, crucigramas, adivinanzas, laberintos, juegos de mesa y azar con el motivo de las sirenas, dirigidos a quienes podrían adoptar este volumen como punto de referencia.

Para terminar
La publicación de este volumen es un homenaje al texto de Julio Torri que abre el volumen considerado como inaugural del género más reciente en la historia de la literatura (Julio Torri: Ensayos y poemas, México, Fondo de Cultura Económica. (Edición original: 1917.) Sin embargo, la presencia de casi medio centenar de textos sobre sirenas termina siendo mucho más que eso. Es una demostración de la capacidad de fabulación de los escritores actuales, y de la vitalidad que puede tener un tema clásico universal, en este caso derivado de la tradición homérica. La escritura de todas estas versiones alternativas, subversivas, cotidianas, lúdicas y poéticas de la historia de las sirenas es un homenaje a la imaginación literaria, y es una muestra de la vitalidad de la escritura contemporánea.



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Javier Perucho (estudio, selección y bibliografía): Yo no canto, Ulises, cuento. La sirena en el microrrelato mexicano. México, Ediciones Fósforo / Consejo para la Cultura y las Artes de Nuevo León, 2008, 80 p.
ISBN 978-970-95017-2-8.

miércoles, 13 de mayo de 2009

Enhorabuena, JEP



Foto: Omar Meneses / Laberinto


El fin de semana pasado a José Emilio Pacheco le fue concedido el Premio de Poesía Iberoamericana Reina Sofía 2008 por así lo creo una obra que transita del poema al cuento, de la novela al ensayo, de la traducción al aforismo, del microrrelato al periodismo cultural.
El conjunto de su obra educó a la generación de escritores nacidos en los años sesenta, que lo frecuentamos en su columna “Inventario”, que semanalmente aparecía en la sección cultural del semanario Proceso. Tanto sus colaboraciones en dicha revista como sus aforismos y microrrelatos todavía no han sido recopilados e impresos en libro. Ésa es una deuda muy grande que han contraído sus editores y nosotros, sus lectores.
Enhorabuena, José Emilio.

jueves, 7 de mayo de 2009

Bitácora de los fluidos (IV)

Escribí en una nota anterior que el virus estaba compuesto en su genética por microorganismos provenientes del pollo, el cerdo y el homo sapiens, pero hoy las circunstacnias me exigen una corrrección. No fue del pollo, sino del pato de donde se desprendieron esos bichos nocivos que armaron la bomba biológica que azota la ciudad de México y otras del mundo.
El apocalipsis no vendrá del desastre nuclear, como afirmaron las invenciones novelescas o la imaginación fílmica del siglo pasado, sino de la granja, por cuya rebelión acabará su reinado el hombre.
La guerra entre los reinos será microscópica.

lunes, 4 de mayo de 2009

Bitácora de los fluidos (III)

Lo que nunca se había logrado en México lo conquistó la epidemia: los estadios sin muchedumbres, las iglesias vacías, los tacos de la esquina sin comensales. Cantinas sin parroquianos. El día de la Santa Cruz sin su festejo.
Suspendidas las celebraciones, el fin del júbilo llegó sin aspavientos. Las rutinas quebradas: los mexicanos al fin en casa. Elogio del tedio, palinodia del entretenimiento.
Genéticamente proclives a la celebración estruendosa, los mexicanos al llegar la influenza se recogieron en sus casas, en un extraño duelo mitad resignación, mitad culpa. Aquí fue el epicentro. El temor a la enfermedad nada más se percibe en el esparadrapo azul que cubre sus bocas. Y el harapo sanitario lo usan nada más en ciertas zonas de la ciudad, no es generalizado ni obligado. ¿A quiénes le importa?
Ayer en el mercado sobre ruedas, la romería popular de los domingos en la que se abastece de frutas, verduras y carnes la gente humilde, no vi a nadie que lo portara, mientras compraba brócoli, lechugas y nopales. Ni marchantes ni clientes. Madres o lactantes. Naturalmente todos están a la expectativa de cuándo el gobierno levantará la veda, pues las rutinas sociales son las que estructuran sus vidas.
¿El miércoles 6 de mayo, o un día antes del 10 de mayo, celebración nacional de las madres mexicanas? Ciertamente, nunca hasta ahora dejada de concelebrar.

jueves, 30 de abril de 2009

Espiga por el cuento liliputense



















Invitación abierta

Jornadas Feriales de Microficción‏

Queridos amigos:

Los invito especialmente a las 1eras Jornadas Feriales de Microficción que realizaremos en la Feria del Libro de Buenos Aires, los días 3 y 4 de mayo de 20:30 hs a 22:30 hrs. en la sala denominada Rincón de la Lectura (Pabellón Ocre). Consistirán en lecturas de microficciones por parte de sus autores, quienes también leerán otros textos que admiran y hablarán brevemente del tema que los reúne. Los participantes de cada día son:

Domingo 3 de mayo:
María Cristina Ramos, Patricia Calvelo, Orlando Romano, Diego Golombek, Fabiàn Vique, Jorge Accame, Juan Romagnoli, Rosalba Campra, Débora Vázquez y Luisa Valenzuela

Lunes 4 de mayo:
Esther Andradi, Ildiko Valeria Nassr, Alejandro Bentivoglio, Eugenio Mandrini, María Rosa Lojo, Roberto Perinelli, Raúl Brasca, Sandra Bianchi, Sergio Francisci y Ana María Shua.

Los esperamos.


Raúl Brasca

martes, 28 de abril de 2009

Bitácora de los fluidos (II)

El sida, la gripe aviar y la influenza, enfermedades contemporáneas que han aparecido por la transmutación de virus emigrados de los animales: la gallina, el cerdo y el mono. La verdadera rebelión de la granja. Cada uno de estos virus se contagia por el contacto gozoso del cuerpo humano: la ingesta de pollo, el beso y el saludo, la sangre y los fluidos del cuerpo encontraron ahí sus formas de transmisión. Los centros de emisión de tales enfermedades tercermundistas fueron África, China y México; en principio, la epidemia fue irradiada desde sus villas miseria. La consecuencia radical: el temor al otro, a su cuerpo y cercanía. La derogación del saludo, el contacto afectivo anulado, la reclusión hogareña, la abstención sexual son los remedios contra las pandemias.

lunes, 27 de abril de 2009

Bitácora de los fluidos

Enfermedad típicamente tercermundista, que mutó del cerdo para migrar al hombre, la influenza, cuyo epicentro no declarado es la ciudad de México, capital de la epidemia, se transmite por los fluidos corporales.
Han suspendido por más de una semana las actividades educativas, las misas, el ejercicio al aire libre, cerrado los bares y los estadios. Tan dados al gregarismo, los mexicanos estamos en duelo, más que por la cuarentena, por la imposibilidad de concelebrar el relajo imposible.
Las autoridades de salud sugieren no tocarse, no saludar de mano y cancelar los besos de bienvenida, pues el virus se transmite por la saliva y la mucosidad. De ahí que una cantidad innumerable de paisanos anden por la calle y el trabajo con esparadrapos azules.
Si hacen caso a las noticias aún no declaran estado de sitio, pero la vida continúa con cierta anormalidad, los temores de siempre, los cuidados extremos en sanidad doméstica.
La ciudad habitualmente abarrotada por el tráfico, los ciudadanos en la calle, hoy primer día de contingencia luce desolada.

CANCELACIÓN

LA PRESENTACIÒN DE YO NO CANTO, ULISES..., PROGRAMADA PARA MAÑANA, DADA LA CONTINGENCIA, FUE POSPUESTA PARA EL 19 DE MAYO, EN EL MISMO SITIO Y A LA MISMA HORA.

miércoles, 22 de abril de 2009

Aviso



Invitación abierta

El próximo 28 de abril, a las 19:00 hrs., en la Casa del Poeta Ramón López Velarde, será presentado el sirenario Yo no canto, Ulises, cuento. La sirena en el microrrelato mexicano, por el doctor Lauro Zavala, perito de la microficción, y el narrador Isaí Moreno, doctor en matemáticas. Héctor Carreto, poeta y editor de la antología, será el moderador de la tertulia. El autor compilador expondrá una breve "Introducción a la sirenología".

jueves, 16 de abril de 2009

Modus Scribendi




La columna "Modus Scribendi" aparecerá quincenalmente en La Señorita T, suplemento cultural de El Columnista, diario editado en Puebla, México. He aquí la primera colaboración.

lunes, 13 de abril de 2009

Jubileo de una novela chicana



JUBILEO DE POCHO

Javier Perucho

A Cándido Condés, por su mecenazgo


La celebración de las efemérides literarias es una actividad necesaria en las tradiciones culturales, un acto de justicia en la república de las letras, que cumple a la vez con un doble propósito: repasar las empresas artísticas del pasado y cumplir con una tarea educativa que tiene como encomienda la formación de nuevos lectores. Con cada nuevo acercamiento que ofrecen tales celebraciones, los acervos se animan, el diálogo con sus creadores se vivifica y las obras emblemáticas de un grupo social, una época y una geografía rompen su ostracismo.
Concelebrar entonces el centenario de una obra de arte, el natalicio de un escritor, el jubileo por la publicación de un poemario, un drama o una novela, permite a públicos diversos la revalorización y la divulgación de una trayectoria y una obra literarias.
En esta ocasión se trata de Pocho, una novela que involucra a las comunidades de origen mexicano asentadas en California. Escrita originalmente en inglés por José Antonio Villarreal, fue publicada por Doubleday en 1959, de la que no se disponía una traducción al español, empero fue realizada en Estados Unidos para el consumo del mercado “hispano” en 1994.
La familia del autor, nacido en 1924 en Los Ángeles, cuyos padres fueron nativos de Zacatecas, llegó a California por las olas de expulsión causadas por los efectos negativos de la revolución mexicana, ya que el padre fue combatiente villista. Elemento biográfico que se exporta a una ficción donde el protagonista tuvo el oficio de cosechador.
La familia peregrina por Texas y California siguiendo el ritmo de las cosechas, pero al cabo se establece en un pueblo llamado Santa Clara, localidad del Valle Imperial, cercana a San Francisco, California. Una circunstancia biográfica que también se exporta a la novela.
Las rutinas campesinas, el español familiar, la tradición mexicana, la vida en la sociedad anglosajona, la educación en escuelas norteamericanas y el trabajo de Villarreal como maestro en instituciones de educación superior en Colorado, Texas, California y la ciudad de México hicieron del escritor un ser que transitó entre las culturas “americana” y mexicana. Tal como aconteció al héroe del relato, Richard Rubio, a una de las cuales renunció; de ahí la semántica del vocablo “pocho”, que en la etimología popular significa dar la espalda, olvidar, renegar de sus orígenes. Significado que ha sido recogido por la literatura mexicana desde Amado Nervo. De este tránsito entre tradiciones culturales, parte el conflicto literario que se relata en Pocho, ficción autobiográfica que hoy celebramos por su jubileo, luego de cincuenta años de haberse publicado en Estados Unidos, el país que adoptó a su autor por medio siglo.
Con tal obra y dicho escritor inició en el siglo XX la literatura chicana, por lo tanto la aparición de Pocho estableció un hito cultural en la historia de la chicanidad y los mexicanos arraigados en Estados Unidos, pues con ella se gestó la alta cultura de ambos grupos étnicos, si consideramos a la literatura y demás bellas artes como las formas más refinadas de la expresión humana. Igualmente la historia cultural de estas comunidades apareció paulatinamente en el horizonte de los estudios universitarios, las instituciones gubernamentales y los medios de comunicación; de la misma manera, el arte asentó su influjo en los estamentos más educados de la ciudadanía méxico-americana, que convirtió sus tesoros culturales en la bandera que enarboló la defensa de sus causas. El arte, la historia y la mitología azteca adquirieron entonces un valor simbólico para enfrentar la adversidad social y las calamidades raciales.
De este nexo entre la literatura y la historia, entre la novela y la lucha de clases, entre la ficción y el combate ideológico, germinó una de las debilidades de la literatura chicana, pues sus autores priorizaron la batalla política de los panfletos en aras de la defensa de su comunidad.
La época, la efervescencia política y una conciencia social emergente obligaron a los intelectuales chicanos a colocarse en la vanguardia del movimiento de la raza, entonces para defenderla, más tarde para cantar su gloria. Ese activismo político contagió a las letras y demás artes, en consecuencia los acervos culturales de los grupos minoritarios —chicano, puertorriqueño, afroamericano— fueron impregnados con un ánimo levantisco. A la hora de ponderar sus acervos —musicales, literarios, folclóricos, cinemáticos o pictóricos—, el saldo es desfavorable, pues los estratos y sedimentos en que espigará la arqueología cultural hallará manifestaciones políticas, proclamas, airadas protestas, consignas y, de manera eventual, ciertas obras artísticas que han librado el tamiz del tiempo. Como fue el caso de Pocho, que prefiguró las tensiones dramáticas de la novelística chicana posterior.
Dicho protagonismo político lo reseñó sin cortapisas Villarreal, por ello se mantuvo distante de esa actitud social proactiva, pues su propósito escritural fue la invención de universos artísticos válidos en sí mismos, donde la universalidad fue su manifiesto. De la proclama, el mensaje político y el adoctrinamiento se mantuvo alejado, distante por el efecto negativo que causaba en los patrimonios culturales de su comunidad. En este distanciamiento también influyó su madurez intelectual, educación y horizonte literario, fraguados en San Francisco, un epicentro cultural de la Unión Americana antes y después de los nostálgicos años sesenta. Aquella década maravillosa que Richard Rubio, el protagonista de Pocho, pre inaugura en sus temáticas: discordia entre generaciones, soledad, alienación del sujeto, conflictos familiares, asimilación y ruptura.
Esta actitud autocrítica consigo mismo y su gremio, se localiza en la entrevista que le fue realizada por Juan Bruce-Novoa para la conformación de su libro de entrevistas La literatura chicana a través de sus autores (México, Siglo XXI Editores, 1983). Para la que expresó: “La literatura [chicana] está adquiriendo cierto grado de respeto y credibilidad. Hay indicios de que la retórica y la arenga política, usadas con gran ventaja en los primeros años, ya no son necesarias y han pasado de moda, y ya veo el día en que nuestro pueblo desarrollará y creará una literatura de connotaciones universales.”
En las décadas siguientes, la retórica política de la literatura chicana dio paso al lamento por la patria perdida, las cuitas de la mexicanidad transterrada, el folclore trasnochado, el realismo mágico demodé y el aztequismo inverosímil. En el fondo, los escritores chicanos contemporáneos (Sandra Cisneros, Francisco X. Alarcón, Gloria Anzaldúa, entre otros) apuestan por una narrativa exótica que procura encandilar al mercado anglosajón y, de rebote, lograr cierto impacto en la literatura mexicana.
Sin embargo, al menos dos casos son la excepción, James Carlos Blake y Francisco González Crussí, literatos cuyas premisas literarias son justamente el “desarrollo” de una “literatura de connotaciones universales” cuyas fuentes humanísticas se encuentran en el pensamiento europeo, la civilización grecorromana y la cultura iberoamericana. Blake escribe en inglés sus cuentos y novelas ambientados en un tiempo y un espacio transfronterizo; González Crussí alterna su lengua materna, el español, con el idioma de su profesión médica, el inglés, para tejer con sapiencia sus ensayos sobre las dolencias del cuerpo humano. De aquí se desprende un atributo de la literatura chicana, cuyos artífices pueden escribirla en inglés o en español.
La literatura chicana fue tejida por los ciudadanos estadounidenses de origen mexicano, quienes han conformado una vertiente de la literatura estadounidense, junto a la irlandesa, judía, polaca o italiana; es decir, nació del crisol de la civilización “americana”. Literaturas que en su momento también recrearon las inclemencias de la adaptación, los problemas de la lengua, la asimilación, la diferencia entre comunidades, las particularidades de sus oficios, singularidad de vida, cultos, festividades y tradiciones, sentido de la permanencia y tribulaciones del héroe en el desierto.
Asimismo, de ahí se infieren las temáticas por donde Richard Rubio transitó. Pocho es una ficción con un carácter social, un estrato biográfico y un trasunto histórico que pretende un valor universal, ya que fue construida con las particularidades que distinguen a un grupo étnico en el alambique de las razas.
Ahora bien, a cincuenta años de su publicación, ¿Pocho dio origen a la novelística chicana? A la que se escribe y publica en inglés, naturalmente. Por varias razones: su lengua de composición fue el inglés, la nacionalidad del autor fue la estadounidense; Pocho, en tanto que libro, es una novela que se consume en el mercado anglosajón, principalmente en las universidades. Finalmente, un asunto no menor es que su modelo de composición fue el Retrato del artista adolescente, influjo joyceano que evidencia el ascendiente anglosajón en su escritura. Sus dos restantes novelas (The Fifth Horseman, 1974; Clemente Chacón, 1984) fueron escritas y publicadas igualmente en inglés.
Por otra parte, la novela chicana se ha publicado desde sus orígenes en español, pero en tal segmento Villarreal no ejerció ningún influjo, pues sus antecedentes se remontan a unas décadas atrás, aunque acotados a la misma geografía californiana (Los Ángeles), donde el diarismo fue el soporte de una novela publicada por entregas en La Opinión, Las aventuras de Don Chipote o cuando los pericos mamen (circa 1930), del periodista mexicano Daniel Venegas, en la que ya se reseñan las peripecias de la migración, los avatares de un mexicano en Estados Unidos, el racismo, las conjugaciones del inglés con el español en la arquitectura del relato, el contraste de las idiosincrasias, el destierro multicausal, sea por la revolución, la ineptitud de los gobernantes, o la miseria secular.
Dos años antes de la aparición de Pocho, José Revueltas dio a la imprenta una novela que podría considerarse como uno de los antecedentes de la novelística chicana, Los motivos de Caín (1957). La sátira, el tremendismo y el realismo fueron las modalidades y géneros de exposición de dichas novelas, cuyo denominar común expongo en breve.
Los protagonistas de tales empeños literarios, Don Chipote, Jack Mendoza y Richard Rubio, ateniéndonos a su ciudadanía literaria, son un mexicano, un chicano y un méxico-americano, respectivamente. El primero regresa a su provincia natal; el segundo, desertor del ejército norteamericano, se refugia en Tijuana, y Rubio permanece en Estados Unidos, su país, a pesar de todo. En las correspondientes ficciones los tres padecieron invariablemente los rigores y beneficios de la diáspora; es decir, las batallas de la asimilación, la discriminación racial, la exclusión. El espejismo del progreso, las ventajas de una democracia consolidada, el espíritu cainita, la movilidad y la integración social. Un bracero, un marine y un hombre sin atributos formaron la demografía literaria de una novelística cuyo epicentro recayó en la migración mexicana para alcanzar los propósitos de una literatura con pretensiones de universalidad.
Para concluir, apunto una curiosidad biográfica compartida entre aquellos escritores, que acusa el destino manifiesto de la migración mexicana. Ellos regresaron a la tierra de sus progenitores, luego de ejercer sus respectivos oficios en la tierra prometida: Venegas como periodista; Revueltas, cronista literario, conferencista, trotamundos; y Villarreal, educador y novelista.
El retorno al país natal: México, la suave patria a la que vuelven nuestros antepasados a reposar en el silencio de los sepulcros.

Pocho en español
José Antonio Villarreal, traducción de Roberto Cantú, New York, Anchor, 1994, 265 pp.

[Parte de la beca del Fonca para la elaboración de un diccionario de escritores chicanos]

miércoles, 1 de abril de 2009

Resonancias

Alejandro de la Garza

El canto (pop) de las sirenas
La mítica sirena aparece en la literatura de todas las tierras y todos los tiempos al menos desde La Odisea. El máximo estudioso en la literatura mexicana del género del minicuento, la minificción o, como gusta llamarlo, el cuento jíbaro, antologa aquí una cuarentena de estos relatos hiperbreves protagonizados por sirenas. Entre Alfonso Reyes (1888) y Alberto Chimal (1970), el recorrido pasa por los maestros Julio Torri, Edmundo Valadés, Augusto Monterroso y José de la Colina; los consolidados Óscar de la Borbolla, Marco Antonio Campos, Federico Patán y Agustín Monsreal, y los jóvenes Armando González Torres, Iliana Rodríguez y Édgar Omar Avilés, entre varios más. Para épocas de hambre y desamor, la minificción “Pesca”, de Héctor Carreto: “Hoy pesqué una sirena. En la cocina comí su parte de pez; en la alcoba, ella devoró mi parte humana.”

Javier Perucho. Yo no canto, Ulises, cuento. Ediciones Fósforo/ CNCA Nuevo León, 76 pp. México 2008.

Publicado en Milenio Semanal, 29 de marzo de 2009.

lunes, 30 de marzo de 2009

Máquina de la escritura


Javier Perucho

Estudiar a una celebridad viva es un acto digno de encomio, máxime cuando esa luminaria se llama Carlos Monsiváis, polígrafo que lo mismo escribe acerca de la época de oro del cine mexicano, el psicoanálisis, una crónica sobre los desnudos tumultuosos de Tunick, los orígenes de la chicanidad, los más recientes fenómenos del bandolerismo encarnado en las hordas de los maras o la violencia citadina ejercida impunemente por el narcotráfico. El siglo XIX tampoco le ha sido ajeno. El coleccionismo o su amor por los gatos tampoco. Un museo aloja ahora mismo sus piezas de arte popular.
Abro un diario de un sábado cualquiera y me encuentro un ensayo sobre los maras firmado por él; más tarde hojeo un suplemento y me encuentro con una pausada elegía al recientemente fallecido dramaturgo mexicano Juan José Gurrola; al día siguiente, aparece publicada su columna “Por mi madre, bohemios”; días después, en la televisión abierta lo escucho y me regodeo con sus palabras y sus gesticulaciones sobre uno de los asuntos públicos que carcomen a la república.
Don Carlos siempre ha sido así: elocuente hasta en sus silencios, significativo incluso en sus modos gestuales. Habitualmente ha sido así: abrasivo en sus temas, expansivo en sus originales perspectivas para abordar los más variados asuntos de la vida pública o la república literaria.
Es altamente probable que ningún tema de la mundanal vida se haya escapado a sus tratamientos, ya para divertirse, ya para aleccionarnos; ora para mofarse de la clase gobernante, o para exponer a los dinosaurios de la vieja izquierda. Qué le ha sido ajeno. Todo le es propio en sus pareceres culturales. Sin embargo, lo más asombroso de este talentoso escritor es la manera en que se actualiza, en que accede a la información más diversa, la forma en que su escritura, temas y fenómenos se rejuvenecen conforme se suceden en la actualidad. La piel de su escritura se renueva cada vez que la inasible realidad cambia. Así, ante la aparición de los fenómenos del pandillerismo, él actualiza su perspectiva de análisis para ofrecer nuevas pautas de crítica que expliquen el fenómeno, busquen sus orígenes sociales y ofrezcan una prospectiva inmediata.
La ciudad como texto. La crónica urbana de Carlos Monsiváis me ha recordado ésa su peculiar naturaleza, me ha recordado también que para seguirle los pasos a don Carlos, es necesario haber fundado un Centro de Estudios Monsivaisianos, cuyo mayor prestigio intelectual se concentre en las tareas acumulativas de su acervo; es decir, en ubicar, almacenar, sistematizar y divulgar sus siempre inabarcables e incompletas obras por la naturaleza de su talento y oficio.
En éste no tan ficticio Centro, uno de los primeros investigadores en lograr un asiento, es Jezreel Salazar, acucioso investigador de este fenómeno cultural llamado Carlos Monsiváis, pues se ha dado a la tarea de acumular toda la información relativa a la noción de urbe, las crónicas sobre la ciudad y los ensayos sobre la metrópoli que han salido de esa máquina de la escritura. Luego de formar un cúmulo considerable con todo ese Himalaya de papel, lo cernió a la hora del viento, entonces —y sólo entonces— ordenó los granos y arrojó las mazorcas. Con ello, en dos apartados y un texto liminar, conduce al lector por los vericuetos de una ciudadela. Escribo ciudadela porque es tanto lo escrito por Monsiváis sobre el tema de la ciudad en más de cincuenta años de vida y escritura, que si esparcimos sus cuartillas por la urbe ni un pasillo tendría accesible el peatón para vagar libremente entre tanto folio impreso.
Tiene otro mérito el libro de Jezreel. La ciudad como texto es apenas el segundo libro disponible y accesible en las librerías mexicanas que abordan la naturaleza escurridiza del escritor, cronista, historiador literario, editorialista, fabulador y “moralista” Monsiváis. Situación que me alegra, me alienta que este libro sea de la autoría de un escritor mexicano de la nueva guardia, porque el primero en aparecer pertenece a la investigadora norteamericana Linda Egan, Carlos Monsiváis. Cultura y crónica en el México contemporáneo (México, FCE, 2004). Aquí termina —o comienza, según se vea— la bibliografía crítica sobre este polígrafo nacido en el Distrito Federal en el remoto año de 1938.
De allí se desprende uno más de los aciertos del libro: ante la ausencia de fuentes documentales, Salazar no se amilanó para enfrentar a esa máquina de las mil teclas. Entró a un lote baldío, aplanó sus protuberancias, aró el suelo y nos entregó un libro pleno de novedosos acercamientos, explicativo en más de un momento. Naturalmente, original en sus aportes, ya que se vale del análisis cultural para sostener sus interpretaciones y escolios a la obra de Monsiváis.
La ciudad como texto es un ensayo amable en su escritura, claro en su exposición, elocuente y administrado en el uso de sus citas, de las que, como lector suyo, demandaría a los editores una explicación a dos simples preguntas, ¿por qué suprimieron las notas a pie de página que nos aclararían las procedencias librescas de cada cita textual? ¿Por qué no agregaron para compensar tal ausencia una bibliografía final? Con ello el volumen no hubiera perdido su levedad; al contrario, hubiera ganado en precisión documental. Apenas hecho de menos ese corpus bibliográfico; sin embargo, los títulos más puntillosos y las crónicas urbanas más elocuentes de Monsiváis están registrados a lo ancho del libro, así como en un puntual apartado que consigna las crónicas dispersas.
Infiero de mi lectura, que para ser el cronista oficial de la muy amada y terrible ciudad de México, hay que haber nacido en la persona de Carlos Monsiváis, quien prosigue una tradición fundada por Salvador Novo. Una tradición que es a la vez una postura política, pues al explorar los bajos fondos, transitar por las esferas de poder, circular entre las divas para después escribir su hagiografía, frecuentar a la aristocracia y a los hombres de poder para bocetar sus cataduras morales, establece los registros de una sociedad piramidal. El cronista mismo es otro peatón bajo la lluvia inclemente, pues viaja en taxi y compra sus boletos en el Metro para poder aporrear más tarde las teclas y escribir en el ocaso cómo se desenvuelve la vida en el México del nuevo régimen.
Anoté “desenvuelve la vida” porque el tiempo verbal de la crónica se conjuga en tiempo presente. La crónica contemporánea habla del hoy, el aquí y el ahora, trata de una circunstancia perecedera que se escribe como se vive en el presente. Los hechos del pasado interesan a los historiadores; a los cronistas les interesa el registro del presente, no el tiempo fugaz del porvenir, menos aun el tiempo fosilizado del ayer.
De ahí brota el interés que despierta Monsiváis en sus lectores contemporáneos y en sus primeros críticos: habla de ellos, por ellos y con ellos, al fin somos ciudadanos con voluntades y deseos que cohabitamos en la misma urbe.

Jezreel Salazar, La ciudad como texto. La crónica urbana de Carlos Monsiváis, México, Universidad Autónoma de Nuevo León, 2006, 211 pp. (Premio Nacional Alfonso Reyes 2004)

Publicado en La Señorita T, suplemento cultural de El Columnista, diario de Puebla, y en Contratiempo, de Chicago.

jueves, 26 de marzo de 2009

ENCUENTRO CHICANO 2009

Día de Honor a César Chávez

Fecha: 31 de Marzo de 2009
Sedes:

Auditorio del CISAN, Piso 7, Torre II de Humanidades, UNAM
y
Sala 1 del Posgrado de Ciencias Políticas y Sociales, Edificio F de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, UNAM


PROGRAMA

Auditorio del CISAN, Piso 7, Torre II de Humanidades, UNAM

8:00AM- REGISTRO Y CAFE

9:45-10:00AM- INAUGURACIÓN: ROSAURA RUIZ y JOSE LUIS PALACIO

BIENVENIDA Y METAS DEL RE-ENCUENTRO CHICANO 2009:
Armando Vázquez-Ramos, Maestro de Ceremonias

10:00AM- CONFERENCIA TEMÁTICA DEL RE-ENCUENTRO CHICANO 2009:
Dr. Axel Ramírez, Centro de Investigaciones sobre América Latina y el Caribe, CIALC
“César Chávez y la importancia de los Estudios Chicanos y Latinos en México y América Latina”

10:30-12:00PM- PRIMERA SESIÓN:

Tema: “Migración, seguridad y sociedad en la relación México-Estados Unidos”

Moderadora: Dra. Graciela Martínez Zalce (CISAN)

Ponentes:
Dr. José Luis Valdés Ugarte, Director
Centro de Investigaciones sobre América del Norte (CISAN), UNAM

Maestra Silvia Núñez García, Secretaria Académica
Centro de Investigaciones sobre América del Norte (CISAN), UNAM

Maestra Esperanza García García, Profesora
Universidad Iberoamericana

Profesor Armando Vázquez-Ramos, Coordinador del Proyecto California-México
Departamento de Estudios Chicanos y Latinos, California State University, Long Beach

12:00: 12:30PM- RECESO Y TRASLADO A LA 2ª SEDE:

Sala 1 del Posgrado de Ciencias Políticas y Sociales, Edificio F de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (UNAM)

12:30-14:15PM- SEGUNDA SESIÓN:
Tema: “Los Chicanos hoy en el contexto histórico y en el Siglo XXI de México y América Latina”

Moderadora: Maestra Rocío Mejía Flores, Asesora del Rector
Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM)

Ponentes:
Dr. Javier Perucho, Universidad Autónoma de la Ciudad de México
“Diccionario de escritores chicanos y mexicanos en EE UU”

Mtro. Rubén Aréchiga, Colegio de Antropología, Benemérita Universidad Autónoma de Puebla
“El otro Espanglish”

Mtro. Rubén Ramírez Arellano, Posgrado en Antropología Social (CIESAS)
“El Movimiento Estudiantil Chicano de Aztlán (MEChA) y su lugar en la educación superior de California”

Mtra. María Elena Contreras, TOCANI Montessori
“César Chávez y la educación de los niños en el Sindicato de Trabajadores Agrícolas United Farm Workers (UFW)”

Mtra. Yuribi Ibarra, Posgrado en Antropología Social (CIESAS)
“2ª Generación de migrantes mixtecos y su inserción a las escuelas en Arvin, California”

14:15-16:00PM- RECESO Y COMIDA

16:00-18:00PM- TERCERA SESIÓN:
Tema: “Migrantes Mexicanos a la frontera norte y a Estados Unidos: ayer y hoy”

Moderador: Dr. Alfonso Sánchez Múgica, Coordinador del Programa de Posgrado en Ciencias Políticas y Sociales, UNAM

Ponentes:
Mtro. Jaime Vélez, Programa de Posgrado en Antropología Social, Escuela Nacional de Antropología e Historia-INAH
“Migración mexicana a Estados Unidos de 1910 a 1940”.

Mtro. Iván Jiménez Maya, Programa de Posgrado en Geografía, Facultad de Filosofía y Letras, UNAM
“Un siglo de migraciones a Estados Unidos del Valle de Tangancícuaro, Michoacán”

Dra. Susann Vallentin Bjorn Boisen, Programa de Posdoctorado, Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM
“Redes sociales y redes laborales trans-regionales del sur de Veracruz a la frontera norte”

Dra. Cecilia Ímaz, Centro de Estudios Teóricos y Multidisciplinarios en Ciencias Sociales, Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, UNAM
“Migrantes de Retorno”

Mtra. Martha Monzón, Centro Regional del Estado de México, Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH)
“Migraciones prehispánicas: el caso de Aztlán”

18:00-19:30PM- CUARTA SESIÓN:

Tema: “Chicanos, Latinos y migrantes Mexicanos: identidad y política”

Moderador: Mtro. Iván Gómezcesar, Coordinador de Enlace Comunitario, Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM)

Ponentes:
Dr. Juan Manuel Sandoval, Seminario Permanente de Estudios Chicanos y de Fronteras
(DEAS-INAH)
“Chicanos y mexicanos migrantes en lucha por sus derechos políticos”

Mtro. Primitivo Rodríguez, Coalición por los Derechos Políticos de los Mexicanos en el Exterior (CDPME)
“Fuerza y debilidad del poder político de la comunidad Latina”

Dr. Adolfo Laborde, Coalición por los Derechos Políticos de los Mexicanos en el Exterior (CDPME)
“El voto de los mexicanos en el exterior”

Mtro. Francisco Javier Guerrero, Seminario Permanente de Estudios Chicanos y de Fronteras, DEAS-INAH
“La imagen del Chicano del Siglo XXI en México”

Dra. Ana María Aragonés, Instituto de Investigaciones Económicas, UNAM
“Efectos de la crisis sobre la migración”

19:30PM- CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES

20:00PM- CLAUSURA Y VINO DE HONOR DEDICADO A CÉSAR CHÁVEZ


2º Sesión: 1º de Abril de 2009

Sede: Auditorio Leopoldo Zea del CIALC, 6º Piso, Torre II de Humanidades, UNAM

12:00PM- Diálogo Académico en el Centro de Investigaciones sobre América Latina y el Caribe (CIALC)