lunes, 28 de junio de 2010

PROGRAMA DE LOS RAROS







Segundo Coloquio Nacional La Escritura Excluida, Xalapa,Veracruz. 1 y 2 de julio.

lunes, 21 de junio de 2010

MANIFIESTO DEL DUELO

Días de guardar



Una manifestación del luto es guardar el silencio apacible que exige la lectura del patrimonio literario que lega a su comunidad Carlos Monsiváis, antier fallecido después de una batalla agónica contra la enfermedad que lo postró por semanas.
Si en vida recibió homenajes, reconocimientos, premios y distinciones de la más variada índole, no se le puede negar en sus honras fúnebres el recinto de Bellas Artes para que familiares, amigos, funcionarios y la sencilla gente expresen sus condolencias por el fallecimiento de un escritor entrañable, el último defensor de las causas perdidas.
Así manifiesto mi duelo por la pérdida del maestro. Escribí y digo maestro pues sus artículos en la prensa alimentaron mi mocedad; sus extravagancias aligeraron mis rutinas; sus crónicas de la ciudad si no me la hicieron más amena y vivible, me concedieron un punto de partida para comprenderla y amarla ferozmente; la crítica cinematográfica que practicó, además de orientarme en la elección de mis preferencias cinéfilas, explicó las sinuosidades de la imagen en movimiento; sus ensayos fueron y son, para mí, un prodigio de escritura, pues fue el género natural de exposición de su afilada ironía, el recipiente de una carga profunda por el que el sarcasmo producía mella habitualmente en el sujeto en reprensión irónica; por el tamiz de su expresión hablada, locuaz siempre, transitaron los más altos recursos de la retórica clásica, la picardía mexicana, el discurso académico, la erudición y el habla familiar que resuena en los trolebuses.
En el ensayo casi nada dejó de ponderar, sus análisis tenían como destinatario a un público en crecimiento —la sociedad civil, lo llaman—, al que procuró sensibilizar, educar y encauzar, consciente de que su país transitaba de un estadio rural a una modernidad para la que no lo habían preparado con instrucción, adecuado sus instituciones ni otorgado educación a sus dirigentes. En esta arquitectura literaria, junto con la crónica, fue donde su legado es mayor, pues libros, revistas, diarios, suplementos culturales y folletería alimentaron sus planas del día con día.
Nadie negará que él fue un cultivador, un impulsor, un estudioso de la crónica mexicana, soporte donde dejó asentados las menudencias de la vida cotidiana, los entresijos del poder político, la transición del antiguo régimen, la formación del político mexicano, los avatares de los sexos, los entretelones de una república literaria cuyos ciudadanos o sucumbieron al canto meloso de un poder fáctico llamado televisión, o mantienen su independencia desde los oficios que concede la cátedra y el periodismo. El abanico de sus temas abarcó desde el nacionalismo, el charro, la canción popular, hasta las veleidades de la prosa decimonónica, la lírica que emergió con el romanticismo y el cine de la época de oro del cine mexicano. Las muestras de simpatía popular durante su cortejo fúnebre son índice de la compenetración del escritor con la “gente”, pues ese público lo seguía en sus más variados registros y soportes por la utilidad social de su escritura.
Carlos Monsiváis, defensor de las causas perdidas: el zapatismo, los chicanos, el feminismo, la experiencia gay, la biblio diversidad y, con ella, la defensa apasionada de la literatura.

Foto: http://www.elportaldemexico.com

jueves, 17 de junio de 2010

LOS RAROS, A XALAPA



El primer congreso sobre los escritores raros se realizó en El Colegio de San Luis Potosí hace un par de años por iniciativa, proyecto y realización de Ignacio Betancourt. La Universidad Veracruzana ahora será la sede del Segundo Coloquio Nacional Los raros, la escritura excluida (1880-1920), organizado con la diestra batuta de Carlomagno Sol Tlachi. Tendrá lugar entre el 1 y el 2 de julio, en el Salón Azul de la Facultad de Letras Españolas cuya sede se encuentra en Xalapa, Veracruz.
Los invitados, provenientes de varias regiones de la República, participan con sendos comunicados sobre los escritores extravagantes nacionales, regionales o locales.
Por mi parte, expondré un adelanto de mi ensayo “Santiago Sierra, ese raro, indocumentado y desconocido” de la literatura mexicana.
Están invitados ya que la entrada es libre.

miércoles, 16 de junio de 2010

ADELANTO



Sirva este anuncio para expresar mi pésame por la muerte de Juan Bruce-Novoa (11 de junio de 2010), estudioso de la literatura chicana, escritor con registros de cuentista, ensayista y poeta. Aunque nacido en Costa Rica (20 de junio de 1944), gran parte de su vida transcurrió en California, donde trabajó como profesor en la Universidad de California, campus de Irvine.
Como escritor chicano, parte de su obra fue publicada en México, destacan entre ella, la Antología retrospectiva del cuento chicano, que mereció en 1990 el Premio José Fuentes Mares, así como La literatura chicana a través de sus autores (1983).

viernes, 4 de junio de 2010

El Brazo y la Espalda, 5

La presumo inocente

A partir de este fin de semana, estará disponible en Huellas Mexicanas, mi quinta colaboración para esta revista virtual, http://www.huellasmexicanas.com/revista/ [Pestaña Blogs]. En esta ocasión comento Mi vida dentro, un documental de Lucía Gajá que versa sobre la encarcelación injusta de una inmigrante mexicana en Estados Unidos.



Uno de cuyos párrafos meridianos sostiene que “Debido al acato a tales reglas y la consiguiente ruptura en excepciones, sobresale una película mexicana cuyo propósito estético es documentar la vida de una ciudadana mexicana en cárcel gringa. Por ello la aparición y disponibilidad en formato DVD del documental dirigido por Lucía Gajá, Mi vida dentro (México, 2007, Ultra Films, 122 mins.) demandan la atención de este comentarista, pues la película cumple con el imperativo temático de esta columna —la vida de los migrantes mexicanos retratada por las artes—, ya que el personaje principal de la cinta recae en una mujer, Rosa Estela Olvera Jiménez, su nombre ciudadano, que en su vida libre radicó en Ecatepec (Estado de México), mas por los azares del hambre, las desdichas de la miseria y las razones del desempleo se vio obligada a migrar a Austin (Texas), donde se desempeñó como niñera de los hijos de sus vecinos. Ahí conoció a su esposo, tuvo a sus hijos, uno de ellos mientras transcurría el juicio que la condenó a cadena perpetua.”