jueves, 31 de marzo de 2011

EL PENSAMIENTO MÁGICO


¡Agotados!

Como ya saben el número 22 de El Cuento en Red. Revista Electrónica de Teoría de la Ficción Breve, circula desde hace unos meses en el ciberespacio, pero aprovecho la ocasión para comentarles que su versión en papel ya está disponible, casi asequible para todos, aunque sus cinco números impresos ya se agotaron. Mas no se angustien, pues su director y el editor, un servidor, andamos gestionando recursos para una tirada mayor. Tocamos puertas institucionales, estamos en espera de gestiones oficiales. El pensamiento mágico, en este caso, se requiere, pongan chonguitos.
En el sitio habitual,


encontrarán estudios diversos sobre el cuento, historiografías mínimas, analistas afamados, narradores cartografiados, una entrevista condimentada y un plus: la edición completa del inaccesible Breve manual para reconocer minicuentos, un ensayo antología acuñado por la entrañable Violeta Rojo. ¿Lo han visto, verdad?


¿No alcanzaste número en la segunda tanda?, no fue por el tiro corto; en realidad, no ayudaste con los chonguitos.

martes, 29 de marzo de 2011

DECÁLOGO MONSREALISTA

Decálogo (a escoger) del perfecto cuentista

Agustín Monsreal

Tres
1. No cuentes nada más por contar. Si únicamente tienes dos o tres cosas que decir, está bien, confórmate con eso, es mejor que tener muchas o no tener ninguna.
2. No hagas de la creación de tus personajes, una recreación de tu ego.
3. Sé breve —en tus cuentos; en lo otro, no.
4. Haz el amor al cuento.
5. Una cosa es la malicia literaria y otra muy distinta el hacer trampa. Así que no te pases de listo como cuando juegas a las cartas o cuando enamoras a las mujeres de tus amigos —con quienes eres un taimado diablillo al momento de buscar el punto g y de quienes sales corriendo a la hora de las pruebas de embarazo—. Ten presente que los estudiantes de psicología cuentística no te sacan los ojos de encima.
6. Sé concreto y carnal, feroz y admirable, alegre y ambicioso o insoportablemente ridículo; sé lo que quieras ser, pero a la hora de escribir tu cuento olvídate de qué eres o quién eres y concéntrate en tu historia y en tus personajes; en realidad, es todo lo que tienes que hacer para lograr una prosa excepcional, que es la meta a alcanzar por cualquiera que se dedica a escribir.
7. No utilices el cuento para criticar, denigrar o enjuiciar a tus semejantes, por más que digas —parodiando a Flaubert— que tú eres tus semejantes.
8. Procura que tus cuentos no sean crónicas, ensayos, dietarios, flechazos de la musa en turno, golpes de inspiración, ocurrencias de último minuto, juegos de artificio a medio arder, leyendas, irrealidades de alcoba, sino cuentos hechos y derechos como sabia y concretamente dicta este Decálogo.
9. Haz de cada cuento que escribas, el cuento de tu vida.


Otros mandamientos, otras lecturas de Agustín Monsreal: “Decálogos (a escoger) del perfecto cuentista”, en La banda de los enanos calvos, México, Laberinto Ediciones, 2008, pp. 175-178.

(Nueva sección.)

miércoles, 16 de marzo de 2011

EDICIÓN ALTERNA



Raúl Renán, poeta, editor, dibujante, además de narrador, mañana presenta la segunda edición de un libro célebre para los estudiosos y aprendices de la edición alternativa, Los otros libros, que con el sello de la UNAM aparece de nuevo en los estantes, novedad que celebro en este cuaderno por la nula facilidad de encontrarlo incluso en librerías de viejo.
La experiencia del maestro como editor aquí se sintetiza, ilustra y ejemplifica en el centenar de páginas que dan forma al volumen. La edición libresca encontrará aquí a su pionero. El libro objeto y el libro de artista mexicanos aquí encontrarán a su amanuense.
Buena apetito de lectura. Provecho.

lunes, 14 de marzo de 2011

GUADALIBERTY


Fuente: Huellas Mexicanas, huellasmexicanas.org/revista/

martes, 8 de marzo de 2011

AL CHILANGO CON AMOR


 Sufragio efectivo en Chilangotitlán



Apenas Morelos, Michoacán y Zacatecas admiten en sus respectivas constituciones estatales que sus nativos voten en las elecciones locales para la definición de sus gobernadores. No siendo todavía un estado más —el inminente 32—, en la ciudad de México se sazona al menos una iniciativa para reconocer a los defeños, los queridos chilangos, sus derechos constitucionales de votar y ser votado para un cargo de elección popular. Máxime cuando ya vota para elegir al jefe de su delegación. El paso natural de este reconocimiento legal es que puedan votar sus habitantes domiciliados en el extranjero —quiero decir, en los asientos de la diáspora: EEUU, Europa, África, Oceanía o Latinoamérica— tanto para delegado como para jefe del gobierno capitalino, además de otros cargos de representación política, incluyendo, claro está, el de asambleísta.
El reciente libro El voto de los ciudadanos del Distrito Federal en el extranjero, coordinado por uno de los más jóvenes expertos en el tema, Gonzalo Badillo Moreno, quien sostiene entre sus laureles la gesta política de haber concebido y redactado la iniciativa de ley que permitió a los michoacanos que no habitan en el suelo matrio participar en las elecciones locales para elegir a sus gobernantes.
Una docena de expertos participaron con él, entre académicos, líderes de opinión, fervorosos activistas e impulsores de los derechos políticos de los compatriotas en la diáspora, al menos tres de ellos radicados en Estados Unidos, aportando sus particulares saberes, metodologías y experiencia político-legislativa para sancionar la importancia de legislar sobre un tema axial en la “democracia imperfecta” mexicana —el cuño es de Mario Vargas Llosa.
De esta manera, en los artículos respectivos se define el perfil de los emigrantes mexicanos, la lucha por el voto de los defeños, sus derechos políticos, como contrapunto se añaden unas minucias legales del sufragio de los morelenses para elegir al mandatario estatal, el voto postal y sus lecciones para el DF, la experiencia del voto extraterritorial y su viabilidad en la capital de la República, los principios básicos para la legislación del voto de los residentes expulsados de Chilangotitlán, además de una iniciativa de ley que se coloca en la mesa del debate político para su ponderación y, finalmente, un balance de las iniciativas de “reforma en materia de sufragio y representación política”; cierra el volumen una semblanza curricular de los autores que hicieron posible esta palinodia del voto chilango.
Quien arribe hasta este apartado final se dará cuenta que ningún político colaboró en la confección de El voto de los ciudadanos del Distrito Federal en el extranjero, indicio suficiente de que la carencia democrática no forma parte de su agenda legislativa, tampoco de sus intereses intelectuales o demandas políticas. No son sus escenarios ni sus formas de accionar.
El voto de los mexicanos en el extranjero, regionalismos aparte, pertenece a la agenda de los emigrantes, de cuya voluntad de poder e interlocución conquistarán ese cima himaláyica postergada.


Gonzalo Badillo Moreno (coord.), El voto de los ciudadanos del Distrito Federal en el extranjero, México, Sederec-CDPME-Democracia más allá de las Fronteras, 2010, 98 pp.