lunes, 9 de noviembre de 2009

Estampas de verano II

Antonio

Tenía tres años, pesaba cuatro kilos. Cuando lo encontraron estaba envuelto con una chalina, el suelo donde yacía estaba cubierto por hojas, cartones y pañales sucios. Llovía la noche en que lo escuchó gemir la casera, rachas de viento frío surcaban las calles y la temperatura había bajado hasta entumecer los huesos de los transeúntes. El cuarto de la azotea donde fue arrumbado no tenía iluminación y las paredes rezumaban humedad por las filtraciones de agua del lavadero.
Los padres dijeron al policía cuando preguntó por el niño, que estaba en ese cuarto porque no dejaba de llorar. Antonio, el niño de tres años, vive en un orfanato.