sábado, 27 de septiembre de 2014

LA GRACIA DE LA LITERATURA


Edmundo Valadés fue un hombre de pasiones: expiaba su afición por los toros y el cine como transpiraba el periodismo cultural o se desvelaba por las apetencias del cuento. De las primeras apenas sabemos nada; su talacha periodística sigue desbalagada en los sótanos polvosos de la radio y la televisión, en los diarios y revistas donde la ejerció con fervor cotidiano; de la última guardamos una certeza: fue uno de los cuentólogos más sabios en México, reputación consagrada por sus afanes en la difusión y aliento del género, cuyos frutos se encuentran en la biblioteca del escritor: analectas, estudios, cuentarios y en El Cuento. Revista de Imaginación, cuyo número inaugural apareció hace cincuenta años, en mayo de 1964.
El consejo de readacción que afrontaba los trabajos de El Cuento lo conformaron personalidades que animaron la literatura mexicana vigesímica. El diagramado y la selección narrativa estuvo a cargo del maestro Valadés, así como la distribución comercial de la revista. La sección de correspondencia, de las muchas que la integraban, amerita una acotación, pues ahí podemos encontrar, entre epístola y epístola, una didáctica y una poética del cuento, así una arqueología literaria de una estela de escritores latinoamericanos que hallaron en sus folios un espacio de aprendizaje.
Justamente esta cauda es la que da cuerpo y sentido a Minificcionistas de ‘El Cuento. Revista de Imaginación’, florilegio atentísimo a los acordes de Alfonso Pedraza (Hidalgo, 1956), médico cirujano adicto a las breverías que Valadés promulgó por el continente, y quien se ha encargado del rescate de su heredad a través del sitio digital homónimo, un espacio virtual que aloja las invenciones cuentísticas miniadas difundidas en el centenar y medio de números de dicha revista.
Para integrar el volumen de los Minificcionistas, Pedraza convocó a los escritores de la escuela valadesiana bajo la premisa de que colaboraran con textos inéditos o no publicados por el sonorense para festejar el cumpleaños de plata de la revista. Así logró reunir, formados por orden alfabético en el índice, a un centenar de cultores vivos del microrrelato, por cuyo ejercicio destacan en sus países o sobresalen en el continente debido a los registros magistrales con que han logrado consagrar al benjamín de la narrativa: el microrrelato.
De este llamado se derivan las ausencias, unas lamentables, por ejemplo, las de Juan Armando Epple, José Donoso, Augusto Monterroso, Max Aub, José de la Colina, José Emilio Pacheco, entre otros, pues su escritura cristaliza el canon del microrrelato en Hispanoamérica, además de que han fraguado un paradigma que persiguen los narradores más sensibles a los modos de articular el cuento brevísimo, la gracia de la literatura, en el pregón del maestro Valadés.
A pesar de los faltantes, la estirpe latinoamericana del microrrelato fue congregada felizmente en torno a Minificcionistas de ‘El Cuento. Revista de Imaginación’, para celebrar con un tributo narrativo el jubileo de El Cuento, un espacio literario donde la imaginación cuentística reinaba por sobre todos los géneros.


Alfonso Pedraza (compilador), Minificcionistas de ‘El Cuento. Revista de Imaginación’, presentación de Marcial Fernández, México, Ficticia, 2014, 220 pp. (Biblioteca de Cuento Contemporáneo, 45)

[Reseña publicada en Laberinto, núm. 589, 27 de septiembre, 2014, p. 8.]

viernes, 26 de septiembre de 2014

SIN NOVA BOSA

Un regalo de Ingrid Basto desde Brasil:

Rodolfo Witzig Gutilla (organizaçăo, seleçăo e introduçăo), Boa Companhia. Haicais, Săo Paulo, Companhia Das Letras, 2009, 188 pp.


jueves, 18 de septiembre de 2014

RAQUEL Y LAS ESCULTURAS

He aquí el video rescatado por Carlos Maldonado en su arqueología de la Ruta de la Amistad, que sirvió de clausura a su exposición. Una buena parte de las esculturas monumentales quedan retratadas en este video de los años setenta.

miércoles, 17 de septiembre de 2014

JUSTO AL MEDIODÍA

Mañana 18 de septiembre, Carlos Gabriel Maldonado López, egresado de la licenciatura en Arte y Patrimonio Cultural, expone y defiende su tesis “La ruta en el olvido” en el plantel San Lorenzo Tezonco de la UACM. De qué va, se preguntarán. Él se los explicará mejor que yo en su momento, pues su pesquisa documenta con un dedicado rastreo el pasado, el presente y acaso el porvenir de un patrimonio cultural —la Ruta de la Amistad— pasado por el arco del olvido por las sucesivas administraciones gubernamentales priístas y perredistas.
Quedan invitados.
PS: mañana estará disponible aquí un video sobre los usos antiguos de las esculturas monumentales, rescatado por el inminente licenciado.



viernes, 12 de septiembre de 2014

MUY PRONTO

Feria del Libro de Carabobo, Venezuela:



martes, 9 de septiembre de 2014

ÚNICAMENTE CUENTO


Dirección de Literatura, Sólo cuento, México, UNAM, 2011, V vols.

viernes, 5 de septiembre de 2014

QUIMERA DE SEPTIEMBRE

LA COLA DE LA SIRENA

Caroline Lepage
(Universidad de Poitiers, Francia)

Numerosas —demasiado numerosas, sin duda— son las antologías de cuentos y demás relatos cortos, bajo todas sus formas y todas sus denominaciones posibles, cuya coherencia escapa, incluso después de una lectura asidua y de buena voluntad, o incluso después de una exploración crítica detallada y erudita.
En este caso, sin embargo, con esta deliciosa, turbadora y hasta cierto punto iniciática La música de las sirenas, no se plantean siquiera el por qué y el cómo de esta combinación de autores, en la medida en que la unidad es extremadamente sólida, casi rizomática en el enredo metódico de las historias frondosas que la componen y la completan, llamándose, interpelándose, contestándose las unas a las otras, produciendo sabios y curiosos ecos, más o menos involuntarios, por cierto más allá de la única constante temática.
La unión de las sirenas y del microcuento es, en efecto, a la vez evidente y espléndida en el despliegue que aquí se le da; hay una fusión, compenetración y siembra recíproca para estas dos hibrideces, criatura medio mujer / medio pájaro, o medio mujer / medio pez de la mitología, por un lado, creación medio ficcional y medio poética en el panorama literario, por el otro. En una grandiosa orquestación, ambos seres teóricamente condenados al vagabundeo un tanto vergonzoso de una esterilidad genética y genérica, se convierten de repente en emblemas de fertilidad e incluso lujuriantes generaciones nuevas y singulares. ¿No escribe el propio García Márquez en el cuento «La sirena escamada» (p. 27) que: «La sirena era una criatura que tenía de mujer lo menos útil y de pez lo menos aprovechable. En vista de lo cual, no hubo otra alternativa que dejárselas a los poetas, únicas personas capaces de sacarle algún partido a un ser que no ofrecía ningunas perspectivas…»?
La idea que dio origen a este acervo de textos (descifrar / traducir / transcribir… y, finalmente, apropiarse del idioma de las sirenas —¿acaso no constituye el sueño secreto de todo autor?—) es, indudablemente, genial y seductora de mil y una maneras diferentes, en sí y aun más, por lo menos desde mi punto de vista, en relación con el aporte por una parte a la imaginación individual (¿no tiene cada uno de nosotros una vocecita de sirena en el fondo de la oreja, más o menos tenue según las estaciones del año o el humor del día?) y colectiva (¿cuántos nobles e innobles acontecimientos nacionales e internacionales engendrados por las matrices metafóricas y simbólicas de las sirenas y de los sirenos de todas las especies y apariencias?) y también, por otra parte, a la historia literaria de un género o subgénero que ahora se merece sus títulos de nobleza; hace mucho tiempo —y la antología que nos toca comentar en esta microcrítica es una prueba más de ello— que la familia de los relatos cortos ya no tiene que dar pruebas suplementarias de su total legitimidad y por tanto no tiene porque temer que se la etiquete de tal o cual forma para las necesidades arbitrarias de una clasificación.
En cuanto al contenido de La música de las sirenas es fruto de un trabajo inteligente y apasionado. El lector encontrará aquí nada menos que 60 textos, de autores originarios de las latitudes más variadas de la hispanofonía —desde España, hasta México, pasando por Argentina, Chile, Guatemala, Venezuela, Colombia, Nicaragua, Uruguay, Panamá y Perú—, «grandes» plumas ya más que reconocidas —Darío, Borges, Galeano, Shua…— con «grandes» plumas que merecen que les sigamos reconociendo a medida que vayan construyendo su obra —Pellicer, Cutillas, Muñoz Valenzuela, Dublín…— Otra de las muchas ventajas de las buenas antologías colectivas: ¡el milagro de la democracia artística, en la que todos se codean en una verdadera igualdad frente al libro-objeto y frente a su destinatario! Y sí, harán falta estos dichosos cantos de sireno/as-poetas para penetrar en los misterios de las sirenas de ayer (las que pueblan el pensamiento de la antigüedad; por ejemplo con «Mar latino», de Ramos Sucre, o «Jasón», de Anderson Imbert) y las de hoy (por ejemplo con «La pesca de sirena», de Mendoza, o «La sirena que estaba de vacaciones», de Jiménez Emán). Para los más curiosos del sabor exótico de la venganza o del puro deleite, aconsejo la lectura de «Infidelidad», de Benza González, o «Caldo largo de cola de sirena», de Ana Clavel.
Que conste que todo el mérito de esta obra es de Javier Perucho, aficionado entre los aficionados, conocedor entre los conocedores de miniliteratura y de sirenas, insigne especialista en sirenología —excelente neologismo, de lo más acertado cuando vemos el cuidado científico con que los textos vienen agrupados, con el muy valioso apuntalamiento del docto «Prologuillo» de ocho páginas (de su autoría) y de una bibliografía extraordinaria de seis páginas—, indispensables para quienes decidan aventurarse más adelante en el territorio fantasmal y fantasmagórico de las monstruas de cola de pez. ¡Por su cuenta y riesgo!

Javier Perucho (prologuillo, espiga y documentación), La música de las sirenas, Toluca, Fondo Editorial del Estado de México, 2013, 152 pp. (Narrativa)


Publicado en Quimera. Revista de Literatura, núm. 370, septiembre, 2014.

martes, 2 de septiembre de 2014

AFORÍSTICAMENTE

Vistas:
Sergio Golwarz, 126 ensayos de bolsillo y 126 gotas tóxicas, México, Libro Mex, 1961, 247 pp.
Javier Recas, Relámpagos de lucidez. El arte del aforismo, Madrid, Biblioteca Nueva, 2014, 342 pp. (Ensayo)
Ai Weiwei, Weiwei-ismos, edición de Larry Warsh, México, Tusquets, 2014, 161 pp. (Marginales)