ALFILERES NEGROS
Jean Rhys
Mi niñera, a la que llamábamos Meta, no me quería mucho, y con mi afición por los libros, era demasiado. Un día me encontró acurrucada en la escalera leyendo una versión para niños de Las mil y una noches, en letra minúscula.
Me dijo:
—Si lees tanto, ¿sabes lo que te pasará? Se te caerán los ojos y te mirarán desde la página.
—Si mis ojos se me caen, no los veré —discutí yo.
Y contestó:
—Se caen, excepto los puntitos negros con los que ves.
Yo le creí a medias y me imaginé mis pupilas como cabezas de alfileres negros, y que todo lo demás se había ido. Pero seguí leyendo.
Jean Rhys, Sonríe por favor. Una autobiografía inconclusa, traducción de Juan José Utrilla, México, fce, 1989, p. 31.