jueves, 11 de junio de 2015

UN RAMO DE TRÉBOLES


PARA LA INTERNACIONAL MICROCUENTISTA  
Los habitantes de Axolotitlan acostumbramos fiestejar cada aniversario con un convivio, en el que abundan el pastel y la alegría, salutaciones a granel para el cumpleañero con apapachos, más abrazos y regalos. Hoy, para concelebrar los cinco años cumplidos de la Internacional Microcuentista, ofrezco a sus creadores e impulsores estas palabras de aliento.
Primeros parabienes, desde hace unos cuantos años tengo el honor y el placer de la amistad de Esteban Dublín, Martín Gardella, Rony Vásquez Guevara y Manolo Ortiz, verdaderos amigos en la lejanía, con quienes forjamos un puente de oro para difundir, promulgar y escoliar las modalidades de la narrativa breve.
Segundos, ¿por qué sigo leyendo la Internacional Microcuentista? Desde sus orígenes, esta revista digital ha dado puntual noticia sobre los forjadores de microcuentos, sus libros y afanes literarios. En ella, por el trabajo de estos internacionalistas, se ofrecen las novedades editoriales, se rescatan autores y obras, se realizan entrevistas con expertos, cultores y editores, además de publicar reseñas y ensayos sobre las menudencias de ese género singular de la brevería, que como ola tsunámica recorre ese protocontinente llamado Hispanoamérica. Allí los carruseles de lectura, congresos, encuentros, presentaciones, adelantos y primicias, han tenido sus espacios de difusión.
Terceros, como revista literaria la Internacional Microcuentista se distingue por su actualidad, información veraz, trabajo en equipo, retroalimentación y diálogo con los protagonistas del microrrelato en lengua española. Asimismo se ha convertido en un espacio editorial abierto a los escritores noveles y en promotora de concursos, donde no faltan los avisos de ocasión, los llamados al carrusel o a una quedada microficcionista. Su diseño gráfico es dinámico, colorido y ameno, por él se sostiene la lógica de sus contenidos, además de un archivo actualizado, gratuito y abierto a los lectores cibernautas.
En aquel protocontinente mencionado, no conozco otro espacio literario que nos informe sobre el día a día, las menudencias de un género y las expresiones narrativas que recorren su territorio a lo largo y ancho. En la Inter tal sólo vez falta sumar a ese otro inmenso territorio llamado Brasil, una tierra muy fecunda y con enorme tradición en las expresiones de la brevedad aforística y microficcional. Ojalá pronto lo incluyan en su agenda.
Celebro que la Internacional Microcuentista festeje un quinquenio de vida literaria. Como su lector, colaborador y suscriptor deseo para sus impulsores años de trabajo fecundo, más conquistas y otros descubrimientos. Gracias por sus enseñanzas.
Amigos, un ramo de tréboles para que cumplan otros años felices.