Los
habitantes de Axolotitlan acostumbramos fiestejar
cada aniversario con un convivio, en el que abundan el pastel y la alegría,
salutaciones a granel para el cumpleañero con apapachos, más abrazos y regalos.
Hoy, para concelebrar los cinco años cumplidos de la Internacional Microcuentista, ofrezco a sus creadores e impulsores
estas palabras de aliento.
Primeros
parabienes, desde hace unos cuantos años tengo el honor y el placer de la amistad
de Esteban Dublín, Martín Gardella, Rony Vásquez Guevara y Manolo Ortiz, verdaderos
amigos en la lejanía, con quienes forjamos un puente de oro para difundir,
promulgar y escoliar las modalidades de la narrativa breve.
Segundos,
¿por qué sigo leyendo la Internacional
Microcuentista? Desde sus orígenes, esta revista digital ha dado puntual
noticia sobre los forjadores de microcuentos, sus libros y afanes literarios. En
ella, por el trabajo de estos internacionalistas, se ofrecen las novedades
editoriales, se rescatan autores y obras, se realizan entrevistas con expertos,
cultores y editores, además de publicar reseñas y ensayos sobre las menudencias
de ese género singular de la brevería, que como ola tsunámica recorre ese
protocontinente llamado Hispanoamérica. Allí los carruseles de lectura,
congresos, encuentros, presentaciones, adelantos y primicias, han tenido sus
espacios de difusión.
Terceros,
como revista literaria la Internacional
Microcuentista se distingue por su actualidad, información veraz, trabajo
en equipo, retroalimentación y diálogo con los protagonistas del microrrelato
en lengua española. Asimismo se ha convertido en un espacio editorial abierto a
los escritores noveles y en promotora de concursos, donde no faltan los avisos
de ocasión, los llamados al carrusel o a una quedada microficcionista. Su
diseño gráfico es dinámico, colorido y ameno, por él se sostiene la lógica de
sus contenidos, además de un archivo actualizado, gratuito y abierto a los
lectores cibernautas.
En aquel
protocontinente mencionado, no conozco otro espacio literario que nos informe
sobre el día a día, las menudencias de un género y las expresiones narrativas
que recorren su territorio a lo largo y ancho. En la Inter tal sólo vez falta sumar a ese otro inmenso territorio
llamado Brasil, una tierra muy fecunda y con enorme tradición en las
expresiones de la brevedad aforística y microficcional. Ojalá pronto lo
incluyan en su agenda.
Celebro
que la Internacional Microcuentista festeje
un quinquenio de vida literaria. Como su lector, colaborador y suscriptor deseo
para sus impulsores años de trabajo fecundo, más conquistas y otros descubrimientos.
Gracias por sus enseñanzas.
Amigos,
un ramo de tréboles para que cumplan otros años felices.