Mario Cruz, autor de “La trainera”, cuento incluido en el sirenario agazapado entre la mercadería vegetal, que ofrece al viandante, no como amenaza.
En su muro de júbilos
de Facebook, don Mario expuso: “Está muy guapa tu antología La música de las sirenas, Javier Perucho.
Después de leerla me entero que estos seres pueden vivir en el agua, en el
desierto y en el aire —sólo les falto el fuego—. Pueden ser santas, inválidas,
devoradoras de hombres —¿y de mujeres no?—, mercancía, carta de lotería,
víctimas de la sirenofagia. Algunas fascinan con su canto y otras —como la mía—
prefieren el silencio. Sabemos que son sexuadas porque algunas son
ingeniosamente violadas, e incluso a una de ellas un pervertido le hace el amor
por el ombligo… Pero me queda la duda de cómo se reproducen. El libro no me
aclara nada: una autora dice que son ovíparas y otro que son infértiles. Yo
prefiero la teoría de Santamaría Palmieri (sirenólogo italiano), quien dice que
las sirenas son autogenésicas, y su relación amor-odio con los hombres es sólo
una diversión de su parte femenina. También hay quien afirma, siguiendo al
profesor May Cross, que a semejanza de los caballitos de mar, los que cargan
con el peso de la reproducción son su contraparte, los tritones. Habrá que
esperar más datos al respecto.” (15 de febrero, 2014.)
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