jueves, 5 de septiembre de 2013

SEÑORAS Y SEÑORES, EL AFORISMO

Junto a Quimera, Ínsula es una de las revistas culturales españolas más prestigiosas, indispensables y culturalmente propositivas.
El número de septiembre de Ínsula (Barcelona, núm. 801, 2013), se consagra al aforismo español, donde colaboro con un ensayo, “El Ateneo, hogar de las musas menores”, que repasa la creación, tensiones y contrastes entre Alfonso Reyes y Julio Torri, cultivadores y pioneros del género en México durante la primera década del siglo pasado.
Como el número no está disponible en la red, y la revista ya no llega por estas tierras del gran Chilangotitlan, ofrezco un adelanto del mismo junto con la portada.


El Ateneo de la Juventud fue la cuna y el hogar del aforismo mexicano. Entre otros, los miembros de dicha institución cultural, Carlos Díaz Dufoo, Mariano Silva y Aceves, Julio Torri, Alfonso Reyes y José Vasconcelos destacan por haber aclimatado el género en las letras nacionales. En la trayectoria de los ateneístas es patente su afinidad estética con el aforismo, una expresión literaria a caballo entre la lucidez filosófica, la trama narrativa y el dominio empírico, aprovechando las arquitecturas del apunte, la máxima, la sentencia. Dicha empatía se puede documentar apenas se hojea Ensayos y poemas (Torri), Briznas (Reyes) y Epigramas (Díaz Dufoo), así como en la vasta narrativa vasconcelista, donde nos espera para su espiga.
En México el aforismo fue acuñado con estos títulos y por aquellas firmas. En razón de dichas evidencias documentales, se puede afirmar que el aforismo germinó en el regazo del Ateneo de la Juventud, una institución fundada en 1910 por los caudillos culturales del siglo XX: Alfonso Reyes, Antonio Caso, Pedro Henríquez Ureña y José Vasconcelos, entre otros. El Ateneo fue la casa nativa de las musas menores que personifican al aforismo y al microrrelato. En la centuria vigesímica, Díaz Dufoo, Reyes, Torri y Vasconcelos fueron los pioneros en la exploración del aforismo, género considerado por Reyes como otra “musa menor”, gemelo del microrrelato.
Hasta la aparición del libro de Francisco Sosa, Breves notas tomadas en la escuela de la vida (1910), no ubico ni logro rastrear en la tradición cultural mexicana otro antecedente aforístico, salvo la traducción y publicación de las memorias de Maximiliano de Habsburgo, Recuerdos de mi vida. Memorias de Maximiliano (1869), en uno de cuyos apartados del tomo segundo fueron acoplados los “Aforismos” del emperador. 

2 comentarios:

Pedro Sánchez Negreira dijo...

¡enhorabuena, Javier!

Un abrazo,

Javier Perucho dijo...

Un ciento de gracias, Pedro.