Raúl Brasca
1. No te ajustes a
definición alguna, la microficción no ha sido aún domesticada, pero lee mucho y
bueno para vislumbrar de qué se trata.
2. Dispones sólo de
dos materiales: las palabras y el silencio, y debes lograr que ambos sean
igualmente significativos.
3. Esfuérzate por
escribir con la menor cantidad de palabras y la mayor cantidad de silencio,
pero asegúrate de que tu microficción contiene las claves imprescindibles para
ser comprendida. Si has logrado eso, detente: considera al lector tan
inteligente como tú.
4. Cuida la calidad
de tus palabras, la arquitectura y la música de tu microficción. Mucho más que
la novela y el cuento, y casi tanto como el poema, la microficción alcanza su
potencia por medio de la forma.
5. Cuida la calidad
de tu silencio, si es elemental y falto de sustancia, tu microficción será una
pieza menor que decepcionará a los buenos lectores.
6. Si has cumplido
con los puntos anteriores, despreocúpate del final pero preocúpate por la
última línea. El final es el sentido y lo produce el lector, pero tu última
línea debe habilitarlo para que lo haga.
7. Si tu
microficción contiene una historia, cuídate del resumen. Ninguna buena
microficción es el esquema de una historia, ni siquiera lo esencial de ella. Un
detalle objetivamente trivial pero cargado de significado por el autor, dice
más y mejor que la prolija enumeración de los hechos.
8. Si tu
microficción es humorística, cuídate de la simpleza del chiste. El silencio del
chiste es elemental: se agota en permitir el equívoco y tiene como única
finalidad esconder un sentido de efecto risible. El silencio de la microficción
humorística no tiene por qué ser menos sustancioso y complejo que el de las que
no lo son.
9. Confía en tu
impulso creador. Todas las microficciones hijas de un mismo impulso creador,
por heterogéneas que parezcan, pertenecerán a una misma familia. No dejes que
te las impugnen, porque en la variedad está su riqueza.
10. Desconfía de los
sabihondos que escriben decálogos. En general, los decálogos sirven solamente
para publicitar la poética de quienes los escribieron.
El “Decálogo del buen microficcionista” es un texto inédito que publicamos
por la generosidad de su autor. Forma parte del número 25 (abril, 2012) de la revista electrónica El Cuento en Red.
Otras lecturas, otros mandamientos de Raúl
Brasca: Las
aguas madres, cuentos propios, Buenos Aires,
Sudamericana, 1994.
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2 comentarios:
Javier:
¿Cuándo sale publicado el número 25?
Apreciado Esteban,
para estas fechas ya debería estar colgado en la red, pero como sabes ando fuera y no sé nada de la diseñadora.
A mí me pareció bello, impactante y útil. Qué piensas.
Gracias por el interés.
JP
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