Raúl Renán postuló: “Todo es incipit” en el único decálogo que publicó,
“Minidecálogo de la ley del minirrelato”, donde sostuvo el principio de su
poética sobre la narrativa breve: Gramática
fantástica (1983), Los silencios de Homero (1998), Cuadernos en breve (1999) y Cosas de la rutina grosera (2014), género
donde se asentó como un pionero por la composición, arquitecturas narrativas, héroes
siempre menores, experimentalismo, celebración de la vida, elogio de “las
queridas cosas” y el ingenio lingüístico con que pergeñó no sólo sus
narrativas, sino también su lírica.
“Vida in
nucce” fue el décimo postulado
con que clausuró sus mandamientos literarios: la vida tallada sobre un arroz.
Previamente apuntaló el resto de los mandamientos que decidieron su poética del
cuento brevísimo: “Amoral”, “Nadanécdota”, “Instantaneidad”, “Esencia de la
esencia”, “Omnipersonaje”, “Honduración”. Congruente como fue, el maestro no
dejó de predicar su postulado de vida: “Todo
es principio”, y regresó a la semilla.
Monográfico de Laberinto, suplemento cultural de Milenio, dedicado al maestro: https://issuu.com/sclaberintomilenio/docs/lab_731
Monográfico de Laberinto, suplemento cultural de Milenio, dedicado al maestro: https://issuu.com/sclaberintomilenio/docs/lab_731
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