AZUCENA FRANCO
Inmaculada
El deseo delirante y embriagado
del pirata Casanueva por Ligia, la sirena, en el fondo se entreteje con la comprensión
de que no podrá poseerla; las fantasías más abyectas, feroces y atrayentes son
imposibles. Al pirata lo vuelve loco una certeza: nunca penetrará a la sirena.
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