LAS SIRENAS DISECADAS
Cristina Rivera Garza
La presencia constante de sirenas en la iconografía popular y muchas de las
leyendas que recorren las tierras altas de la zona central de México puede
causar sorpresa, cuando no franco estupor. No es del todo fácil o lógico,
después de todo, imaginar a estos seres prodigiosos lejos del mar, en un
paisaje dominado por montañas y bosques, arados y surcos. Pero aún así, en
efecto, hay sirenas y sirenos por todos lados. ¿Qué hace, por ejemplo, una
pareja de ellos viviendo en aparente armonía en las gélidas aguas de las
lagunas del Sol y de la Luna en el cráter de un volcán? ¿Por qué continúa
apareciendo tras la neblina esa temible Tlanchana, mitad mujer y mitad
serpiente oscura, si sólo se lleva a hombres jóvenes a su abismo de agua? ¿Cómo
es que, habiendo matado a un sireno de manera despiadada, éste amenaza con
regresar una y otra vez y otra más?
[…]
Incipit de “La Mano Oblicua”, columna de CRG, en Milenio Diario, México, 11 de
junio, 2013, sección Cultura, p. 34.
Ilustración: Sirenama, Amaranta
Caballero.
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