DIEGO MUÑOZ
VALENZUELA
El fin de la Navidad
Los enanos
ayudantes de Santa Claus no son demasiado astutos y se creyeron la patraña del
fin de mundo. Con sus ahorros de cien años —una cifra moderada, es sabido que
el Viejo es cicatero porque gasta sólo en regalos— compraron un programa
turístico en las Bahamas. Escaparon con renos, trineos, estrellas y
estelas de colores. Agarraron una borrachera con viento de cola y no pararon de
beber hasta que el año nuevo estuvo bien entrado.
Santa,
desesperado, advirtió la catástrofe, pero ya no quedaba tiempo. Racionalizó la
lista de regalos, excluyó a las naciones cuestionadas por la OTAN, pero fue
insuficiente. Tomó un crédito con el FMI, externalizó la construcción de
juguetes y contrató a varios courier
para hacer el despacho.
Cuando los enanos
quisieron regresar a su trabajo, era tarde. Santa estaba quebrado y con arresto
domiciliario en un iglú mínimo. Bueno, el mundo no se acabó, pero sí la
Navidad. Una pena, porque se perdieron muchísimos negocios.
Para acceder a la página de Diego Muñoz.
Nota bene: cuento
brevísimo compartido por su autor, que hago extensivo a los visitantes de esta
bitácora.
1 comentario:
Buen micro de Diego Muñoz -a quién no conocía (asunto que remediaré de inmediato)- que me ha arrancado una buena risa.
Un abrazo,
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