OFICIOS TRANSITIVOS: ALBAÑIL, SICARIO, COSECHADOR
En la siguiente dirección electrónica, a partir del fin de semana, se podrá consultar mi colaboración en Huellas Mexicanas, el Sitio de los Migrantes Mexicanos:
http://www.huellasmexicanas.com/
Los párrafos de apertura sostienen que: “Cuando se emprenda la historia de los indocumentados mexicanos que se encuentran en Estados Unidos, los impulsores de la tarea habrán de hurgar por los caminos trazados por el cine, la literatura y las artes plásticas. Una historia de la migración que no recurra a esas disciplinas artísticas quedará trunca en sus empeños por documentar una realidad harto difícil de domeñar. Las bellas artes han dado cuenta de la vida cotidiana de la gente sin historia que abandona su país, familia y pobre hacienda para “ganarse la vida” en tierra extraña. Las ciencias sociales casi han olvidado a la “gente menuda”, al microcosmos que da forma a su idiosincrasia, creencias y tradiciones, en aras de un aparato científico que se resuelve en cifras, documentos, estadísticas, la palabra de otros; en suma, se amparan en una narrativa verificable que no habla para dicha gente, trata sobre ella desde el recinto académico y el cubículo universitario, con una metodología ajena al devenir de la diáspora. El arte habla de esa gente, con ella y para ella. A pesar incluso de su naturaleza ficticia, de tales acechos y circunloquios permanece la fugaz epifanía que se desprende de los universos recreados por la narrativa, el séptimo arte y la pintura.
”Tal deslinde es un problema decimonónico, es cierto que envejecido, pero necesario en este escolio a la película Los bastardos, en cuya trama dramática dos inmigrantes mexicanos, presumiblemente carentes de documentación para residir en una ciudad californiana, Los Ángeles, se emplean como albañiles, asesinos y recolectores de fresas, oficios transitivos que, hasta entonces, no habían sido recreados por las bellas artes de ninguna tradición fílmica o literaria, ya sea chicana o estadounidense, a excepción del sicariato. Recuerden “Los asesinos”, narración cuentística del viejo, barbado y querido Ernie. El tópico del sicariato, como situación dramática y realidad humana, tampoco había sido acuñado en la literatura mexicana. Su planteamiento otorga por ese solo hecho el bautizo de la novedad, una originalidad incuestionable y el hallazgo artístico de la película dirigida por Amat Escalante, cineasta que conoce la vida del desarraigado, la identidad fronteriza, la ciudadanía binacional y la nostalgia de la tierra nativa por la propia experiencia vívida, fantasmas que arrastran los inmigrantes en su odisea por la tierra incógnita del extranjero.”
Los bastardos, Amat Escalante, director, México, Videomax, 2010, 89 min. DVD.
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