miércoles, 23 de diciembre de 2020

SANTO Y SIRENA

 ¿Mascarilla, cubrebocas o barbijo?  



lunes, 21 de diciembre de 2020

miércoles, 25 de noviembre de 2020

MARATÓN BONAERENSE

 


Inscripción previa, completando los datos desde el siguiente enlace:


http://bit.ly/dialogosPEN


Laura Elisa, Javier Zúñiga Monroy y 9 personas más

martes, 24 de noviembre de 2020

miércoles, 18 de noviembre de 2020

martes, 17 de noviembre de 2020

jueves, 29 de octubre de 2020

PATRAÑAS EN DESCARGA GRATUITA


Enlace para su descarga gratuita: 

 Patrañas

martes, 27 de octubre de 2020

martes, 20 de octubre de 2020

miércoles, 8 de julio de 2020

SIRENAS DE CIRCO

Ramón Gómez de la Serna

A veces el circo abre su pista acuática y contrata unas bellas sirenas, sirenas de río, sirenas blanquísimas del sucio Sena. Cuando ese número existe en los programas, es el de su llegada el momento culminante y poético del espectáculo.
De pronto el circo comienza a hundirse. Todos parece que vamos a naufragar. El agua, escondida siempre debajo del mundo, aparece desnuda.
A los espectadores de primera fila les ponen el impermeable que también los simones tienen para cubrir las piernas en día de lluvia. Esas butacas con impermeable tienen algo de butacas marinas, butacas un poco metidas en una camilla.
El agua oscura se mueve ya con palpitación extraña. ¿Puede ser esta agua oscura la que bebemos en nuestros vasos claros? Sí es, desde luego, el agua que nosotros bebemos, el agua de los vasos.
¿Van a salir del fondo las sirenas? Del fondo debían salir, apareciendo primero la cresta de sus gorras de baño.
Pero no: las sirenas vienen de la calle, de gozar esa cosa de anfibias que tienen; probablemente del teatro.
Su modo de nadar es, además, humano, pues dan las boqueadas del que se ahoga. No ha aprendido todavía el nadador a sacar la cabeza con serenidad, no tiene quizás el cuello lo bastante largo.
Lo que yo encuentro es que estas sirenas necesitan la roca en que mostrarse, en que secarse al sol, en que sacudirse el agua, en que coletear, en que lanzar sonrisas mojadas al público.
Hay opiniones distintas sobre estas sirenas plásticas, escullantes y urbanas. Hay a quien no emocionan porque una mujer mojada le parece como una gallina sobre la que ha llovido; pero hay quienes las secan con las miradas y las disfrutan sin humedad. A mí me dan ganas de echarles miguitas de pan.
Desde luego, es un número limpio y ejemplar, que anticipa el verano. Sólo faltan los inquietos fotógrafos con sus kodaks de playa.
La que se llevó los grandes premios, la reina de las otras, escultural y submarina, vuelta sobre el espectáculo como pez volador, y es tan mórbida que sus hombros hacen un juego eurítmico con sus caderas.
Pero es demasiado rápida la exhibición de estas nadadoras, vestidas por el pundonor del agua, y que, cuando ya son relucientes estatuas de mármol, se van, dejando en el baño la huella de sus cuerpos, que algunos recalcitrantes se quedan contemplando largo rato, siéndoles difícil a los acomodadores echarles a la calle.
Dejan afeminada el agua y la han convertido en una especie de agua de Colonia pornográfica.

 

Ramón Gómez de la Serna, “Sirenas de circo”, en El circo, Madrid, Espasa-Calpe, 1968, pp. 85-86.

domingo, 5 de julio de 2020

sábado, 27 de junio de 2020

DECÁLOGO DE ESCRITORA DE CUENTOS EN PANDEMIA

Ana García Bergua

1. Escribe siempre: escribe que escribes y que te escribes escribiendo; a veces escribir ayuda a no pensar.
2. Comienza por el principio y concéntrate en el desarrollo. El golpe sorpresivo final puede llegar en cualquier momento.
3. No todos tus personajes tienen que estar enfermos.
4. Imagina dónde pasarás el año próximo, cuando salga el boom de novelas sobre el coronavirus. Después escribe.
5. El cuento se puede interrumpir en cualquier parte y en cualquier momento, ya lo sabes; sólo trata de no poner punto y coma cuando pasen las ambulancias.
6. Escribe sin pensar en las editoriales y si quedarán editoriales donde publicar después de esto: lo más seguro es que habrá que fundarlas otra vez.
7. Cuando desesperes, busca a tu contertulio de confianza; de preferencia llámalo por teléfono, ese viejo teléfono que tiene un cable, ¿recuerdas?
8. No confíes en que tu gato te traerá la inspiración: a estas alturas, tus mejores ideas han quedado sumergidas en su plato de croquetas.
9. Ayuda a tus vecinos aunque se te difuminen las ideas; aprovecha y vive, lo escrito antes será más que suficiente.
10. Ya no leas tantos periódicos. A los discursos oficiales, responde siempre con el estornudo de cortesía.

Laberinto, 27 de junio, núm. 889, 2020, p. 8.

https://www.milenio.com/cultura/laberinto/diez-consejos-para-escribir-durante-la-pandemia

x

lunes, 22 de junio de 2020

domingo, 21 de junio de 2020

APÓCRIFOS


“Apócrifos”, en La Jornada Semanal, Núm. 1320, 21 de junio, 2020, p. 3.

sábado, 16 de mayo de 2020

YO NO CANTO… EN GENTE DE POCAS PALABRAS

Primera parte:

                                       

sábado, 25 de abril de 2020

MIRET Y FERNÁNDEZ GUAL


El crimen de la obsidiana, La muerte sabe de modas y El caso de los Leventheris, tres de las novelas policiacas del padre de Miret, Enrique F. Gual, junto a uno de sus tantos estudios dedicados al estudio del arte. La mirruña que los acompaña es la tesis doctoral de JP en edición especial para su hija. 

martes, 21 de abril de 2020

LOS DETALLES, EL DIOS DE LA HISTORIA

TRECE SUGERENCIAS PARA ESCRITORES


Alonso Cueto

1. La literatura es una cuestión de oído. Lee lo que has escrito en voz alta. Repítelo y corrige los tropiezos del ritmo hasta que “suene bien”. Por “sonar bien” se entiende una relación fluida entre el sonido y el sentido. La literatura, como la música, ocurre en el tiempo. No hay mejor prueba que la voz.
2. La literatura también es una cuestión de mirada. Un escritor debe poder “ver” a sus personajes, gracias a una descripción viva de un detalle físico. Puede cambiar el lente de sus frases para descubrir una luz oculta en sus ojos así como para poder describir el panorama de una plaza o una calle. El lenguaje es un sistema de observación que va graduándose a lo largo de una narración.
3. Parafraseando una frase de Strunk and White, narrar tiene que ver con lo específico, lo particular y lo singular, no con lo abstracto, lo vago y lo general. Estas últimas categorías son de pensadores y científicos, no de escritores. La frase “Acaban de matar a Pedro” es más fuerte que “La muerte de un hombre es una tragedia”. Hay que tratar de ser lo más concreto posible. Si escribes que Lucía se subió a su vehículo, dices muy poco. Si escribes que se subió a su automóvil, dices un poco más. Pero si escribes que se subió a su Peugeot azul, estás definiendo una parte de su vida. En ese sentido, los detalles son el dios de la historia. Cuando Anna Karenina ve llegar a su marido a la estación después de haber caído fulminada de amor por Vronski, Tolstoi nos dice que sus orejas le parecieron demasiado grandes. Sólo así sabemos que ha dejado de amarlo.
4. Todos los hechos de una narración tienen que ser inesperados pero lógicos. Cada nuevo incidente tiene que partir del anterior pero pasar a un estado nuevo. El incidente es una herramienta al servicio de la construcción de un personaje, un objetivo supremo.
5. Decidir cuánto tiempo se le dedica a cada episodio es un asunto de intuición, de acuerdo [con] su grado de importancia y su posición en el relato. La cantidad de información que se procesa a lo largo de una historia debe merecer mayor o menor tiempo, de acuerdo [con] la relevancia que se le quiera dar. En El agente secreto, Joseph Conrad narra en una página el asesinato de Verloc, que ocurre en el instante en el que su esposa le asesta una cuchillada. Por otro lado, un tiempo real largo puede merecer solo una frase: “Pasaron algunos años.” Una novela o un relato es un vehículo temporal que cambia de velocidad constantemente, creando sus propios tiempos.
6. Nunca pienses que escribes para nadie, ni siquiera para un lector imaginario. Escribes para ti mismo. Lo demás son consignas.
7. Es importantísimo conocer a tus personajes como si estuvieran dentro de ti. Debes saber a qué hora les gusta levantarse, qué han soñado, qué toman de desayuno, qué música los hace bailar, cuáles son sus pensamientos ocultos. Sus manías en el vestido, en la forma de comer, sus terrores ocultos, sus frustraciones y anhelos de los cuales ellos mismos pueden no ser conscientes también son parte de la materia prima de un personaje. Esto no significa que necesariamente vas a incluir todos esos detalles en la narración. Pero debes saberlos para conocer bien a los personajes. Toma tiempo conocerlos. Mientras escribes, son más importantes que los amigos y familiares, aunque alguno de éstos pueda haberte inspirado. El personaje termina reflejando un aspecto de la intimidad de un escritor, que lo asume como propio. Lo más importante es entenderlos desde dentro.
8. Busca las historias que más te obsesionen. Escucha con atención las historias que te cuentan. Recuerda las historias de la Biblia o de los cuentos infantiles y trata de adaptarlas a tu vida para contarlas otra vez. Recuerda tus propias historias. Tu infancia es una caverna llena de memorias íntimas, entrañables, desgarradas en las que tienes que internarte. Estamos rodeados de historias. Pero sólo son un punto de partida. Lo importante es lo que hagas con ellas.
9. Mira a la gente a tu alrededor. Los relatos de cada persona están escritos en su ropa, en sus gestos, en sus palabras. Los paraderos, los restaurantes, las colas de los bancos son buenos lugares de observación. No puedes dejar de observar.
10. Lee a los grandes autores pero también a los malos que te gusten y que tengan algo que enseñarte. Una vez que te enseñen algo, trata de olvidarlos. Nunca leas por obligación, siempre por placer. A veces se puede aprender más de un autor que cuenta una historia sin pretensiones artísticas que de un “artista consumado”. Si descubres algunos errores en sus frases o en su historia, imagina lo que habrías hecho en su lugar.
11. Piensa siempre que el crítico literario, salvo casos excepcionales, es sólo un lector más. Sólo hay un puñado de ellos que valen la pena, y lo puedes saber si en sus textos te han dicho algo interesante que no tiene que ver directamente con los libros que te comentan.
12. Escribir es urgente. Una señal de ello es que nadie te pide que escribas. Nunca dejes de escribir. Nunca dejes de pensar en historias. Nunca fantasees con lo que vas a ganar o a perder escribiendo. Ése no es el problema. No hay problema. Escribe todo el tiempo, aun cuando no estés frente a un papel o a una pantalla. Si ya has vivido lo suficiente, busca la soledad y el silencio. No importa lo que digan. Casi todos los otros seres humanos son potenciales enemigos del trabajo de un escritor. Los aliados escasean. Asegúrate de que tu cónyuge sea uno. De lo contrario, sepárate cuanto antes.
13. Nunca olvides que escribir es romper todos los diques: abandonarse, perderse, olvidarse.

La piel de un escritor: Contar, leer y escribir historias: Alonso ...

Fuente: Alonso Cueto, “Trece sugerencias para escritores”, La piel de un escritor. Contar, leer y escribir historias, Lima, Fondo de Cultura Económica, 2014.

lunes, 20 de abril de 2020

sábado, 18 de abril de 2020

viernes, 3 de abril de 2020

COLOFÓN DE POEMAS Y ENSAYOS




Julio Torri, Ensayos y poemas, México, Porrúa, 1917 [se terminó de imprimir el 18 de agosto, según consta en el colofón], 166 pp.; 2ª ed., 1937, México, Porrúa, 168 pp. 

jueves, 2 de abril de 2020

PERIODISMO LITERARIO


Cathy Fourez y Michèle Guillemont-Estela (eds.), Periodismos hoy en América: Argentina y México, Paris, Peter Lang, 2020, 191 pp.


Cathy Fourez y Michèle Guillemont-Estela (dir.), Arts et journalisme. Une rencontre à l’épreuve du réel, Paris, Peter Lang, 2020, 289 pp.