martes, 29 de marzo de 2011

DECÁLOGO MONSREALISTA

Decálogo (a escoger) del perfecto cuentista

Agustín Monsreal

Tres
1. No cuentes nada más por contar. Si únicamente tienes dos o tres cosas que decir, está bien, confórmate con eso, es mejor que tener muchas o no tener ninguna.
2. No hagas de la creación de tus personajes, una recreación de tu ego.
3. Sé breve —en tus cuentos; en lo otro, no.
4. Haz el amor al cuento.
5. Una cosa es la malicia literaria y otra muy distinta el hacer trampa. Así que no te pases de listo como cuando juegas a las cartas o cuando enamoras a las mujeres de tus amigos —con quienes eres un taimado diablillo al momento de buscar el punto g y de quienes sales corriendo a la hora de las pruebas de embarazo—. Ten presente que los estudiantes de psicología cuentística no te sacan los ojos de encima.
6. Sé concreto y carnal, feroz y admirable, alegre y ambicioso o insoportablemente ridículo; sé lo que quieras ser, pero a la hora de escribir tu cuento olvídate de qué eres o quién eres y concéntrate en tu historia y en tus personajes; en realidad, es todo lo que tienes que hacer para lograr una prosa excepcional, que es la meta a alcanzar por cualquiera que se dedica a escribir.
7. No utilices el cuento para criticar, denigrar o enjuiciar a tus semejantes, por más que digas —parodiando a Flaubert— que tú eres tus semejantes.
8. Procura que tus cuentos no sean crónicas, ensayos, dietarios, flechazos de la musa en turno, golpes de inspiración, ocurrencias de último minuto, juegos de artificio a medio arder, leyendas, irrealidades de alcoba, sino cuentos hechos y derechos como sabia y concretamente dicta este Decálogo.
9. Haz de cada cuento que escribas, el cuento de tu vida.


Otros mandamientos, otras lecturas de Agustín Monsreal: “Decálogos (a escoger) del perfecto cuentista”, en La banda de los enanos calvos, México, Laberinto Ediciones, 2008, pp. 175-178.

(Nueva sección.)