miércoles, 4 de agosto de 2010

PRIMICIA CHICANA

Presento en la bitácora un adelanto de Con el fuego en las manos. Vida e insurrecciones de José Ángel Gutiérrez, de Raúl Caballero, un manuscrito inédito que documenta la vida del activista chicano José Ángel Gutiérrez, cuya obra y trayectoria no había sido registrada hasta en momento. Como primicia selecciono un fragmento que expone la fundación de una de las instituciones chicanas más emblemáticas de los años sesenta. Con la autorización de su autor, este bloguero se empeña en publicar Con el fuego en las manos en una editorial universitaria de la ciudad de México.


LOS BOINAS CAFÉS, PRESENTES

Emanados de los Panteras Negras en su indumentaria, aparecen los Boinas Cafés en Los Ángeles, en 1967. Son cuadrillas de voluntarios chicanos, usan uniformes paramilitares, compuestos de pantalones oscuros de caqui, camisolas de color pardo también de caqui y las boinas distintivas, consideradas un símbolo de orgullo de la cultura, raza e historia de la comunidad mexicoamericana, pero asimismo simbolizan el coraje de estos jóvenes, su militancia y su lucha contra la larga, prolongada cadena de injusticias contra los mexicanos, hechos que conforman ésa otra historia de pena y dolor.
Estos jóvenes chicanos estaban concentrados principalmente en los campus colegiales del área de Los Ángeles y entre sus objetivos estaba protestar por el desproporcionado número de soldados chicanos muertos en Vietnam, así como por el alto índice de desempleados entre los latinos y el bajo nivel del ingreso per cápita de su grupo étnico; en resumidas cuentas, por lo mismo que todas las organizaciones chicanas del país, pero los distinguía su corte militar, se consideraban revolucionarios y peleaban por la autodeterminación de todos los mexicoamericanos.
Entre sus fundadores se cuentan David Martínez, David Sánchez y Carlos Montes, pero frente a ellos estaba Sal Castro, un maestro de la Lincoln High School, quien fue un faro en las acciones estudiantiles.
Montes, hijo de mexicanos procedentes de Ciudad Juárez, Chihuahua, creció en los barrios del sur y del este de Los Ángeles, supo en carne propia de las condiciones de pobreza en que tradicionalmente ha estado relegada la comunidad mexicana, del uso de drogas, el abuso policiaco y, como todos los chicanos, sufrió la experiencia del racismo en las escuelas; en otras palabras, también como la mayoría de mexicoamericanos, probó la sopa de todos los días en casa, por lo que se involucró en la fundación de los Boinas Cafés y éstos, a su manera, contribuyeron con el Movimiento Chicano de liberación.
Montes fungió como Ministro de Información Nacional de los Boinas Cafés, en la oficina del este de Los Ángeles, entre 1967 y 1970. Publicaban el periódico La Causa. Como otros, Montes llega a los Boinas Cafés desde un activismo juvenil impulsado por las arbitrariedades y desventajas en sus barrios, había creado un grupo estudiantil llamado Mexican American Student Association (MASA) y fue el director del centro juvenil denominado Young Chicanos for Community Action; dirigió asimismo el periódico La Raza, que era la voz de denuncia, la voz de oposición a las condiciones existentes en el barrio.


Hacia finales de 1967 fundan y forman las filas del ejército de Boinas Cafés. Comenzaron por enfrentar la brutalidad policiaca, a los miembros de la estación de los sheriffs de East L.A., que eran particularmente agresivos con la juventud chicana, así que los Boinas Cafés iniciaron sus protestas y denuncias, organizaron juntas y programas culturales para exponerlos; enseguida trabajaron sobre la problemática negativa en las escuelas, el racismo del sistema educativo, los deplorables planteles de que se disponía en los barrios, las deserciones y las expulsiones, los maestros y los administradores racistas. Agitaron por una educación bilingüe, exigieron mejores escuelas, centros de estudios chicanos, maestros chicanos, atendieron las necesidades de los padres de familia a través de juntas y en marzo 3 de 1968 optaron por efectuar un paro de actividades de miles de jóvenes durante dos semanas, que dio cauce a las reformas.
En ese paro estudiantil participan todas las escuelas preparatorias del este de Los Ángeles: Lincoln, Wilson, Belmont, Garfield y Roosevelt, los estudiantes en paro rebasan los diez mil y uno de los artífices del mismo fue el profesor Castro.
Son meses a todo tren, el 19 de marzo conmueve la misa masiva con la que se levanta el ayuno de César Chávez en Delano; el 9 de abril la juventud de Mayo en San Antonio realiza asimismo paros estudiantiles. En mayo 27, ante un gran jurado, son acusados por conspiración y alteración de la paz pública durante los paros en el este de Los Ángeles trece de los activistas, se le concoce como el proceso de los “L.A. 13”, ellos son Sal Castro, Carlos Montes, Eliezar Risco, Patricio Sánchez, Moctezuma Esparza, David Sánchez, Ralph Ramírez, Fred Lopes, Richard Vigil, Gilberto Olmeda, Joe Razo, Henry Gómez y Carlos Muñoz Jr. Como resultado del juicio a Castro lo suspenden como maestro pero los Boinas Cafés, organizados con los estudiantes y padres de familia, presionan durante semanas hasta que lo reinstalan en su puesto en la Lincoln High School.
Posteriormente los Boinas Cafés ensancharon su movimiento, apoyaron a los campesinos en Nuevo México; apoyaron el sindicato agrícola de Chávez; en el verano del 68 marcharon con la Rainbow Coalition en la campaña por los pobres en Washington, D.C. A finales de 1969 lanzaron su Moratoria Chicana contra la guerra de Vietnam, un acto digamos preliminar al que, meses después, el 29 de agosto de 1970, tendría lugar en Laguna Park con la participación de 30 mil chicanos.