miércoles, 12 de junio de 2013

SIRENA DEL VOLCÁN


LAS SIRENAS DISECADAS

Cristina Rivera Garza
La presencia constante de sirenas en la iconografía popular y muchas de las leyendas que recorren las tierras altas de la zona central de México puede causar sorpresa, cuando no franco estupor. No es del todo fácil o lógico, después de todo, imaginar a estos seres prodigiosos lejos del mar, en un paisaje dominado por montañas y bosques, arados y surcos. Pero aún así, en efecto, hay sirenas y sirenos por todos lados. ¿Qué hace, por ejemplo, una pareja de ellos viviendo en aparente armonía en las gélidas aguas de las lagunas del Sol y de la Luna en el cráter de un volcán? ¿Por qué continúa apareciendo tras la neblina esa temible Tlanchana, mitad mujer y mitad serpiente oscura, si sólo se lleva a hombres jóvenes a su abismo de agua? ¿Cómo es que, habiendo matado a un sireno de manera despiadada, éste amenaza con regresar una y otra vez y otra más?
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Incipit de “La Mano Oblicua”, columna de CRG, en Milenio Diario, México, 11 de junio, 2013, sección Cultura, p. 34.
Ilustración: Sirenama, Amaranta Caballero.