sábado, 21 de diciembre de 2013

RESPUESTAS A TRADABORDO

Cuestionario de Caroline Lepage para Javier Perucho



1) Tradabordo (T). ¿Cuánto hace que escribe y qué lo impulsó a escribir?
Como aficionado, desde la infancia. Profesionalmente, desde mis tiempo de la licenciatura en Letras Hispánicas en la UNAM, donde estudié del bachillerato al doctorado.
Ahora bien, mi anhelo de escritor ha sido convertirme en un contador de historias, sueño que sepulté por un tiempo, mientras me afianzaba como editor, historiador y analista de la literatura mexicana. Ya vencida esa ansiedad, acabo de finiquitar “Anatomía de una ilusión”, mi primer libro de relatos.
El impulso: aprehender aquella ilusión postergada que habita en la anatomía de un relato.

2) T. ¿Qué clase de lector es?
Desde que aprendí a leer, reviso los carteles, los grafitos callejeros, la lista de la despensa, los libreros ajenos, los puestos de libros añejos tendidos en la acera. Como lector de libros, reviso dos o tres en paralelo sobre temas históricos, novelas recientes, microrrelato, historia literaria, crónica y poesía.

3) T. ¿Cuáles han sido sus principales fuentes de inspiración llegado el momento de escribir —ya sean del campo literario u otros?
La oralidad. Escuchar a mis compatriotas a la salida del trabajo, mientras faenan, caminan por las calles o riñen en la soledad de sus matrimonios, se ha convertido en el despertador de las historias que procuro narrar. En la búsqueda de los conflictos humanos y su resolución cuentística, ahí encuentro su catalizador.

4) T. ¿Cuando escribe, piensa en el “lector”, si así fuera, quién / cómo / dónde está?
El lector se convierte en mi fantasma cuando el libro, el relato o el ensayo fue hecho público, entonces me ocupo por indagar entre mi lectorado sus impresiones. En ese momento le realizo preguntas dirigidas sobre su comprensión, inferencias, objeciones, dudas; en fin, procuro su retroalimentación.

5) T. Cuando está falto de inspiración, ¿dónde o cómo la encuentra de nuevo?
En el sueño y la vigilia encuentro habitualmente el alimento que inspira los actos de mi escritura. A veces la desata una conversación, una palabra escuchada al azar, la lectura de un libro memorable.
Como se trata de un ente harto quisquilloso, a la inspiración nunca la convoco inútilmente: espero su llegada mientras digito párrafo tras párrafo en la computadora. Si llega, la acompaño y aprovecho la ocasión hasta que se desvanece.

6) T. ¿Nos puede hablar un poco de los cuentos traducidos aquí?
“Vida de la mosca” y “Bolero” fueron entresacados de “Anatomía de una ilusión”, un libro que espera los tipos móviles de la imprenta para su exposición pública.
Bolero (« Boléro »): Nació de una noticia periodística: Apuñalan a un cocinero sobre la estufa de un restaurant. Tragedia que me susurró al oído el conflicto humano al ir compurgando la historia, luego hilvanada en “Anatomía de una ilusión”, en la que adoquina una serie integrada a una novela disfrazada de microrrelatos.
Vida de la mosca (« La Vie de la moche »): en un tianguis, al preguntar por una talla de madera, que reproducía la silueta de una sirena, la artesana oaxaqueña que me la ofertaba espantaba una mosca con unas palabras muy dulces, agitando su mano y pidiéndole suavemente que se alejara de su puesto, o se vería obligada a aplastarla. Si aquí no hay nada dulce, qué buscas aquí, la recriminaba.

7) T. ¿Qué impresión le causa saber que sus cuentos fueron traducidos?
Ahora bien, ¿qué impresión tuve al recibir la noticia de su traducción, que, por lo demás, esperaba con ansiedad? Me impresionó tanto que levité, aunque a días de la noticia sigo volando, pero ya con los pies en la tierra. Notifiqué a mis amigos con la invitación de consultar el blog de Tradabordo, de esa visita se desprendió la iniciativa de un amigo que compone la melodía para “Bolero”, cuya factura tuvo como paradigma compositivo la canción de José Alfredo Jiménez, Por tu maldito amor.
Con las traductoras mantengo una deuda a perpetuidad. Gracias a Élodie Peeters, Sophie Beddow y Cyrielle Peltier, de la Université de Poitiers, por su tiempo, dedicación y amor por la escritura de ficción.

8) T. ¿Qué opinión le merecen las nuevas tecnologías en lo que a literario se refiere?
Como escaparate son ideales para la difusión y exposición del trabajo artístico. Sin embargo, en nada modifican la artesanía de la literatura o de las artes en general, cuya composición seguirá siendo un trabajo compurgado en medio de la soledad absoluta.

9) T. ¿Si estuviera en el lugar de Rilke, qué consejos le daría a un “joven poeta / escritor”?

Nunca sería capaz de usurpar el lugar del Poeta. Y en caso de que me solicitaran un consejo apenas diría que el duro y permanente trabajo hacen al escritor.

Entrevista publicada en Entretiens Lectures d’ailleurs: